NoticiaSantos San Luis de Tolosa, el desconocido patrón de Málaga Publicado: 17/08/2012: 28675 En el presente artículo, el sacerdote diocesano Francisco García Mota, cuenta la historia, para muchos desconocida, del patronazgo sobre la capital malagueña del santo que celebramos el 19 de agosto, San Luis de Tolosa. En el primer templo de la ciudad se celebra su solemnidad con Misa propia por los primeros estatutos del cabildo que datan de 1492. Entre los muchos patronos de la ciudad de Málaga, se encuentra el que fuera obispo de Tolosa, san Luis. Si bien los más conocidos son san Ciriaco y santa Paula y, más recientemente, la Virgen de la Victoria. Su patronazgo, hoy casi olvidado, está relacionado, como en tantos otros lugares en similares circunstancias, con la conquista de Málaga por los Reyes Católicos. Se rindió la ciudad el 18 de agosto de 1487, víspera de san Luis. Sin embargo, los monarcas no entraron en la misma hasta el día siguiente y, siendo como eran parientes del santo, se atribuyó a su intercesión la rendición de la ciudad. Así nos lo testimonian los episcopologios conservados en el Archivo de nuestra Catedral. Desde ese mismo año se celebró el 19 de agosto como fiesta de la ciudad de Málaga, con procesión general desde la Catedral a la capilla que en la Alcazaba fundaran los Reyes Católicos y que dedicaron a san Luis. Con el tiempo dicha procesión se encaminó a la parroquia de Santiago hasta que quedó suspendida a finales del siglo XIX. En dicha procesión debía ir el pendón de la ciudad que desde la víspera aguardaba en el balcón del ayuntamiento y era portado por el alférez mayor. En 1492, el primer obispo de la diócesis tras la incorporación de Málaga a la Corona de Castilla, D. Pedro Díaz de Toledo, ordena dicha celebración en los primeros Estatutos de la Catedral: “Ordenamos e mandamos que de aquí adelante perpetuamente se faga en la çibdad de Malaga e en todo el obispado fiesta muy solepne el dia de San Luys, Obispo, hijo del Rey de Sicilia... pues que en su vispera e dia se entrego esta çibdad. Por ende mandamos a vos los sobredichos estados eclesiástico e seglar que asi lo guardeys, fagays e cumplays, según que aquí se contiene”. La celebración de la fiesta de san Luis, el 19 de agosto, se equiparaba en importancia oficial con las otras dos grandes de la ciudad: la del Corpus Christi y la de los mártires san Ciriaco y santa Paula. De hecho, los ediles del Ayuntamiento responsables de su organización eran los mismos para las tres fechas. Como fiesta de guardar, no se podía trabajar ese día, como tampoco el 18 de junio por la misma razón. La víspera ya era anunciada por los repiques de campanas de todas la iglesias y los escribanos de la ciudad costeaban los juegos de cañas y las corridas de toros que se celebraban en el día del patrón de Málaga, san Luis de Tolosa. A este santo se dedicaron tanto la capilla que había en la Alcazaba como el convento franciscano de San Luis el Real, que estuvo ubicado en la actual plaza de San Francisco hasta la desamortización. Parece que no fueron muchas las imágenes que del santo se hicieron y de ellas sólo una se conserva: la que para el tabernáculo de la Catedral realizara Jerónimo Gómez Hermosilla, en el siglo XVII, como parte del conjunto de los santos patronos de Málaga. Más reciente es la imagen de san Luis que vino tras la Guerra Civil procedente de Plasencia. Hoy se encuentra en el altar de san Francisco de la Catedral. Mención aparte merece la llegada de una reliquia del santo a la ciudad. En numerosas ocasiones había sido solicitada al Cabildo de la Catedral de la ciudad Valencia, donde está enterrado san Luis y de la que también es patrono, pero siempre había sido denegada. Hasta que en 1717 medió una autorización papal. De esta forma tres malagueños, el Marqués de Villadarias, el jesuita Diego Ulcina y el teniente general Feliciano Bracamonte, consiguieron traer en 1721 un relicario con un hueso de la espalda del santo que fue trasladado en solemne y multitudinaria procesión el 17 de julio hasta la Catedral de Málaga, donde se aún custodia. Desde 1889, la celebración de san Luis quedó circunscrita a la Catedral, con procesión claustral con la reliquia, mientras que en la ciudad se celebraba su conquista, pero no al santo patrón. En 1961, hubo una recuperación de la memoria del santo en el primer templo de la diócesis. Y en la actualidad se ha rescatado su oficio propio y se recuerda cada año la figura de este joven obispo franciscano, que renunció a ser rey para dedicarse al servicio de los más pobres y que, desde 1487, es invocado como especial protector de la ciudad de Málaga. Autor: Francisco García Mota