DiócesisSemblanzas Semblanza de Rafael Carrión Barragán Publicado: 22/10/2008: 2184 Semblanza leída en la Eucaristía de su entierro, el 23 de octubre de 2008. Ayer veintidós de octubre, ya pasado el medio día, nos comunicaban la triste noticia, Rafael Carrión Barragán, había muerto, ya estaba en los brazo del Padre. No pudo superar la intervención quirúrgica del día anterior, su familia, amigos y compañeros, llamaban para confirmar la noticia. No lo podemos creer, ¿tan grave estaba?, solo tenia 42 años. Pero sólo Dios sabe el porqué profundo de lo que ocurre en nuestras vidas y en Él hemos puesto nuestra confianza. Fiarse de Dios, cosa que Rafa había hecho en muchos momentos de su vida. Momentos antes de la operación volvía a pedir el sacramento de la unción de enfermos, para una vez más sentirse cerca de Jesús, el Señor que fue moldeando su vida, como discípulo a la escucha del Maestro de los cansados, abatidos, necesitados, de los últimos. Con dulce mirada de ojos claros, en este tiempo de enfermedad pudo reconocer como Dios nos cuida a través de una madre. Amor tan limpio, puro y desinteresado por ser madre. En estas últimas semanas Rafa agradecía con cariño las visitas y llamadas de amigos y compañeros sacerdotes, también la de su obispo Antonio. Quiso despedirse en paz, en la paz que regala Dios para los que le aman. El Rafa alegre, sensible, cariñoso, lleno de bondad, servicial con la gente, orante, sencillo, austero, generoso con los pobres, preguntándose el porqué de las cosas en nuestro mundo tan desigual e injusto, el de la teología de la sospecha, al que le disgustaba el pensamiento único, el que intentó trabajar por una Iglesia pueblo de Dios que camina al servicio del Reino, al que le gustaba desinstalar todo clericalismo, intentó trabajar por la formación y protagonismo de los laicos en los pueblos. También el Rafa idealista, protestón y cabezón, pero amado por Dios. Nace el cuatro de febrero de 1966 en Alcalá de los Azules (Cádiz), pronto sus padres se vienen a trabajar a Arroyo de la Miel, el que siempre dice que es su pueblo, su madre le hace caminar en los primeros pasos de la fe, pero será ya de joven con un grupo de amigos y un sacerdote Antonio Parra, en un grupo llamado CADU (camino duro) cuando empieza su camino de enamoramiento de Jesús, quiere ser cura para mejor servir el proyecto del Reino, pero antes estudiará magisterio y hará el servicio militar en La Gomera (Islas Canarias), allí hasta da catequesis para ayudar al párroco y la sencillez de la vida de aquella gente le impresiona, va descubriendo como Dios está en lo sencillo y con la gente sencilla. En septiembre del año 1988 ingresa en el seminario, con mucha ilusión, quiere discernir su vocación y ser un buen cura. Gracias Rafa, fuiste un buen amigo y compañero para muchos en el seminario. Disfrutaste los estudios de teología. Recuerdo nuestros pinitos pastorales juntos en el barrio de Bonaire, en Málaga, en el pueblo de Periana, el verano de trabajo en el campo en las Ventas de Zafarraya, otro verano en el monasterio en Burgos, vivencias que nos acercaron a la gente, como te gustaba decir. El 23 de julio de 1994, con 28 años, en la catedral nuestro obispo Antonio lo ordenó sacerdote y lo envió a Ronda de vicario parroquial a Ntra. Sra. del Socorro con José Luis Linares y de párroco a Serrato, con la gente de pueblo. Sus primeros años pastorales, allí está dos años, a primeros del año 1996 nuestro querido Pepe Barroso, no puede llevar ya la parroquia de Periana, por su enfermedad y en el verano es nombrado párroco del Patrocinio de San José en los Marines, San Fernando Rey en Mondrón y San Isidro Labrador en Periana, seis años de trabajo pastoral, la gente lo recuerda con cariño, y sobre todo la familia de los que están en la droga en aquellos tiempos, los de las casas nuevas, con la gente sencilla, creando grupo de adultos para su confirmación, allí disfruta como cura de pueblo. En septiembre de 2002 marcha a la Universidad Pontificia de Salamanca a estudiar teología dogmática. A su vuelta ayuda unos meses en Santa Maria del Mar en Torremolinos, y en septiembre de 2006 es nombrado párroco en Ojén. Donde hasta ahora servia a esa comunidad cristiana. Nos despedimos de ti en esta tierra, porque tú ya estas en los cielos nuevos y la tierra nueva, pídele al Señor que nos siga dando su Espíritu para seguir trabajando en esta Viña de la Iglesia de Málaga al servicio del Evangelio. Nos veremos en el Gran Banquete del Reino, hijo, hermano, tío, amigo, compañero. Rafa un abrazo y un beso grande, hasta mañana en el altar. Antonio Jesús Sosa Mateo Autor: diocesismalaga.es Más artículos de: Semblanzas Semblanza de Rafael Sánchez FloresSemblanza de Gonzalo Huesa Lope Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir