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Los jóvenes ponen en práctica la “unión de los cristianos”

Publicado: 22/01/2006: 467

•   Jóvenes malagueños se unen a una Nochevieja de 50.000 jóvenes

El pasado día 31, la gran fiesta de Nochevieja, 50.000 jóvenes de toda Europa dieron al mundo una clase práctica de ecumenismo, de unión entre los cristianos.

Estamos en plena Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. En el número anterior de esta publicación le hemos contado qué es eso del ecumenismo y cuáles son los aspectos que nos unen a las demás confesiones cristianas (ortodoxos y protestantes). Los jóvenes avanzan más deprisa.

El pasado día 31, la gran fiesta de Nochevieja, 50.000 jóvenes de toda Europa dieron al mundo una clase práctica de ecumenismo, de unión entre los cristianos.

Milán fue la ciudad elegida para acoger un encuentro de oración bajo el impulso de Taizé, monasterio protestante fundado por el fallecido Hermano Roger. Algunos jóvenes malagueños que participaron en este encuentro han querido explicarnos qué les llevó a vivir las últimas horas del año, y las primeras del siguiente en una experiencia de oración, fiesta y fraternidad como ésta.

Como les comentaba, los jóvenes van más deprisa en el empeño ecuménico. De hecho, hace 28 años que celebran este encuentro que les presentamos y, cada verano, son miles los que se acercan hasta Taizé. Una experiencia como la que han vivido estos jóvenes en Milán, a 2.200 km de Málaga, merece un espacio en la publicación que tienen en sus manos. Se los voy a presentar: María Arias tiene 22 años y está terminando sus estudios de Filología Clásica. Ha visitado el monasterio de Taizé en dos ocasiones, allí conoció al Hno. Roger en persona, e incluso recibió su bendición.

Rafa Mendoza tiene 27 años y prepara oposiciones para profesor de Secundaria, en la especialidad de Orientación Laboral. Él no ha visitado la ciudad de Taizé, pero ha vivido cuatro encuentros europeos de jóvenes al estilo de Taizé (Barcelona, París, Lisboa y Milán).

Ambos pusieron rumbo a Milán el día 26, y allí se encontraron, junto a 50.000 jóvenes de toda Europa que llegaban dispuestos a festejar “a tope” el fin de año.

Rafa se ofreció para formar parte del equipo que organizaba el encuentro, una experiencia que le ha marcado, ya que, aunque han sido días de mucho trabajo, ha descubierto muchos valores en los jóvenes con los que ha convivido desde el 26 de diciembre al 2 de enero. De hecho, su esfuerzo de adaptación ha sido aún mayor, ya que era el único español de su grupo. Tanto María como Rafa afirman que en estos encuentros es uno consciente de que existe un idioma mucho más universal que el inglés: el deseo de comunicarse con el otro y de acogerlo tal y como es.

A María y a Rafa les ha impresionado que todos los jóvenes que han participado en el encuentro tienen una misma inquietud e intentan vivir su fe con intensidad, “por eso allí es posible la unión de los cristianos, porque te reconforta saber que hay tantas persoans con tus mismas inquietudes, y te anima a seguir adelante», afirma Maria. “Por supuesto, como en todos los encuentros multitudinarios, también participan personas que buscan, más bien, una aventura, pero a saber cómo se hará Dios el encontradizo con ellos”.

Rafa, por su parte, afirma que “mucha gente se admiraría al ver lo que hemos visto y vivido: 50.000 europeos en paz, alegría, colaborando, compartiendo, sentados en el suelo en oración, cantando en varios idiomas... respetando y acogiendo a los demás...”. Porque, si algo destacan estos jóvenes, es el agradecimento a las familias de Milán que los han acogido en sus hogares, como uno más. Agradecimiento que se hace extensible a las parroquias en las que han orado a las 8,30 de la mañana, en diversos idiomas. Cada día se reunían tres veces para orar juntos. Al comienzo del día, en las 400 parroquias en las que vivían; y las dos veces restantes, en los pabellones donde se congregaban todos los jóvenes (entre ellos, unos 900 españoles). Durante la jornada, se reunían de nuevo en grupos pequeños para reflexionar juntos sobre la carta inacabada que el Hno. Roger dejó a los jóvenes. Una carta que dictó antes de morir y que tiene como tema la paz, que brota de Dios y que “nos permite llevar una mirada de esperanza sobre el mundo”.

Autor: Revista Diócesis

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