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Tres prácticas penitenciales I: La oración

Oración. FOTO: ARINA KRASNIKOVA
Publicado: 26/02/2024: 9268

Durante el tiempo de Cuaresma, la Liturgia nos invita a tres prácticas penitenciales con gran valor en la tradición bíblica cristiana: la oración, el ayuno y la limosna.

Hoy nos fijamos en la oración, que santa Teresa de Jesús definía como “tratar de amistad estando a solas muchas veces con quien sabemos nos ama”. La de Ávila nos ofrece cuatro claves para entender qué es la oración: en primer lugar, “tratar de amistad”, es decir, hablar con Dios como quien habla con su mejor amigo. No hace falta construir grandes discursos. Incluso a veces, cuando hay confianza, sobran las palabras.

En segundo lugar, “estar a solas”. La oración en la intimidad nos permite sacar a la luz (y así sanar) aquello que nos empeñamos en ocultar a los demás. En tercer lugar, “muchas veces”, como la viuda de la parábola del juez injusto. No porque Dios lo necesite, sino porque nos conviene, y sin olvidar que es un don que hay que pedir. Y, por último, “con quien sabemos nos ama”, aceptando que Él sabe mejor que nosotros lo que necesitamos.

ORACIÓN PARA CUARESMA

Padre nuestro, que estás en el Cielo, durante esta época de arrepentimiento, ten misericordia de nosotros.
Con nuestra oración, nuestro ayuno y nuestras buenas obras, transforma nuestro egoísmo en generosidad.
Abre nuestros corazones a tu Palabra, sana nuestras heridas del pecado, ayúdanos a hacer el bien en este mundo.
Que transformemos la oscuridad y el dolor en vida y alegría. Concédenos estas cosas por Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
 
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Antonio Moreno Ruiz

Periodista y portavoz de la diócesis de Málaga

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