La jornada comenzó a las 10 de la mañana, con la acogida del Obispo por parte del Consejo Parroquial. Durante la mañana administró el sacramento de la reconciliación a los feligreses, presidió la Eucaristía y juntos compartieron un tiempo de diálogo en asamblea. La mañana concluyó con la visita a algunos enfermos de la parroquia y el almuerzo con los curas de la parroquia: José Planas y Manuel Márquez Córdoba, y algunos más del arciprestazgo. 

Tras la jornada de Visita Pastoral, algunos de los feligreses compartían sus impresiones. Uno de ellos destacaba la acogida cercana de D. Jesús, «para mí ha sido un signo muy importante que a cada uno nos preguntara por nuestro nombre y el servicio que realizamos en la parroquia».

Otra feligresa destacaba cómo «don Jesús salió del confesonario para ayudar a una mujer que está ciega a manejarse por el templo» y, una tercera, añadía que esperaba «que estuviéramos más callados con el Obispo, pero ha sido muy cercano y el día ha estado estupendamente. En la homilía de la Misa ha resaltado que, para ser testigos de nuestra fe tenemos que estar muy cogidos a Dios, y que después la fe hay que transmitirla en la calle».

Sobre el momento de la asamblea parroquial, una feligresa afirmaba que «se han hecho muchas preguntas porque teníamos algunas dudas y el Obispo nos las ha aclarado» y otro feligrés añadía que D. Jesús «no ha renunciado a contestar a ninguna de las preguntas, aunque algunas respuestas hayan sido muy generales».

Uno de los momentos más emotivos de la visita suele ser la visita a los enfermos. En esta ocasión, D. Jesús ha visitado a María y a Ana, feligresas de la parroquia. «Esta visita ha sido un regalo del Señor porque a María le ha dado muchísima alegría ver al Sr. Obispo y al cura Pepe», explicaba una de las acompañantes, además, «le ha dado una gran fortaleza a Ana con su bendición y se ha quedado muy tranquilita y relajada. El Obispo ha estado magnífico con ella», destacaba otra de las feligresas».

En palabras del sacerdote José Planas, «la Visita Pastoral la hemos preparado con ilusión y cariño, no solo por parte de Manolo y mía, sino de toda la comunidad. Hemos celebrado antes el acto penitencial comunitario, en el que participaron muchos feligreses, gracias a Dios; también celebramos una vigilia de oración el viernes, ante el Santísimo expuesto; hemos compartido una oración comunitaria, muy bonita, pidiendo por los frutos de la Visita; hemos preparado los temas por grupos… Para mí ha sido muy gratificante. Me quedo con que la gente ha visto un Obispo muy cercano, yo también lo he visto, muy cercano tanto con Manolo como conmigo, y le doy gracias a Dios por toda esta Visita».