En la homilía en la Misa de despedida, celebrada el 7 de agosto, el deán de la Catedral, Antonio Aguilera, destacó «la entrega constante de unas personas que, entre nosotros, en nuestra catedral, han querido servir a Dios y a la gente desde el 21 de noviembre de 1997 hasta hoy… y continuarán: son la comunidad de Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote». Y añadió: «en estos años 14 hermanas nos han servido. Hemos de dar gracias al Señor, a la congregación de ellas y a cada una de ellas en concreto. Y en ese “cada una en concreto”, hoy agradecemos al Señor la entrega y el servicio de la Madre María Jesús, que llegó aquí en 2013 y mañana nos deja ya, para continuar entregando su vida en otro lugar, donde la envíen».

Aguilera recordó que Eucaristía es acción de gracias, para afirmar: «damos a gracias al Señor por ella, Madre María Jesús, y por su congregación; y damos gracias también por la llamada que cada uno de nosotros, de una manera u otra, en una vocación u otra, hemos recibido igualmente para entregarnos en el anuncio del Evangelio, en el trabajar por la Iglesia y en el vivir para los demás».