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Jesús Catalá: «Damos gracias a Dios porque nos regaló a la persona de Francisco»

Publicado: 15/07/2024: 31938

Francisco García Mota

El 15 de julio falleció, a los 94 años de edad, Don Francisco García Mota, quien fuera deán de la Catedral durante casi 20 años. El Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, presidió la Misa exequial el martes 16 de julio, en la Catedral. 

«Dios ha puesto su mano sobre mí y me ha traído hasta aquí»

En su homilía, Don Jesús destacó la entrega confiada que Francisco hizo a lo largo de su vida. «Pedimos hoy por Francisco, a quien el Señor llamó al ministerio sacerdotal, para que ahora, la hora de la verdad ante el Señor, le sea llevadera gracias a la fe y a la confianza en Dios. Fueron muchas las misiones que el Señor le confió y la fidelidad con que las realizó. Hoy damos gracias a Dios porque nos regaló a la persona de nuestro hermano Francisco y su ministerio sacerdotal. Muchos de los presentes habéis recibido a través de él gracias, tanto en los sacramentos, como en los campos de la Universidad, la enseñanza, la Catedral... tantos campos. Y pedimos a Dios que goce de la eternidad con Él, que subsista porque creyó», expresó ante un pueblo en el que, además de numerosos fieles, estaban representadas todas las realidades de la Diócesis y también de la ciudad, con presencia destacada del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre y varios miembros del Consistorio: la teniente de alcalde nº 3, Teresa Porras; el teniente de alcalde nº 7 y Concejal de Vivienda y Regeneración Urbana, Francisco Pomares; el Concejal del Área de Derechos Sociales, Diversidad, Igualdad y Accesibilidad, Francisco J. Cantos, así como la delegada de Turismo, Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía, Gemma del Corral.

Al término de la celebración, se leyó una extensa, y aún así sintetizada, semblanza de D. Francisco, elaborada por el Secretario General-Canciller, Francisco García Villalobos, autor de un libro biográfico sobre él, y que fue leída por Francisco González, delegado para el Clero. 

UNA VIDA AL SERVICIO DE DIOS Y SU IGLESIA

Ordenado sacerdote en la capilla del Seminario de Málaga en 1954, fue nombrado capellán de Su Santidad y una calle en el centro de la capital deja constancia de todo lo entregado al servicio de la Iglesia, de Málaga y de sus hermanos, especialmente los más necesitados.

Francisco García Mota, al cumplir 90 años, envió un mensaje de agradecimiento a Dios por su vida. «He sido desde siempre un niño muy enclenque. ¡Quién me iba a decir que iba a llegar a los noventa años! Mi vida ha sido un milagro, Dios ha puesto su mano sobre mí y me ha traído hasta aquí. No estoy arrepentido de nada, he hecho cosas muy torpes, de las que tengo que pedir perdón. Mi intención ha sido siempre agradar a Dios, ser un cristiano y un sacerdote ejemplar. A quienes he dañado les pido perdón, y a los demás, que recen por mí para que continúe hasta donde Dios quiera».

Entrevista a Francisco García Mota.

Canónigo emérito de la Catedral de Málaga, capellán de Su Santidad y con una calle dedicada desde 2011 en el centro histórico de la capital, en el tramo lateral del Palacio de la Aduana, este sacerdote siguió dando ejemplo de dedicación en sus últimos años, en los que aprovechó, entre otras cosas, para avanzar en sus memorias, en las que trataba de resumir los muchos momentos vividos al servicio de la Iglesia y de los hermanos.

Francisco García Mota nació en 1930 en Cortes de la Frontera, pueblo que lo nombró Hijo Predilecto, siendo además miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Se ordenó sacerdote en la capilla del Seminario de Málaga el 8 de diciembre de 1954.

Deán de la Catedral durante casi 20 años, impulsó mejoras importantes en el templo y publicó, recientemente, un libro sobre “El coro de la Catedral Basílica de Málaga. Una joya del barroco español”, editado por la Fundación Málaga.

Muy ligado a la educación desde tiempos de D. Ángel Herrera, fue superior-educador en el Seminario, formó parte del impulso que dio lugar al patronato diocesano de Enseñanza que aunaba las escuelas rurales, semilla de la actual Fundación Victoria y enseñó Pedagogía y teoría e Historia de la Educación en la Universidad de Málaga, donde promovió la Pastoral Universitaria. Con D. Emilio Benavent, se encargó de acompañar a la primera comunidad de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, en la barriada del mismo nombre. Y acompañó a D. Ramón Buxarrais en todo su ministerio, recordando especialmente la decisión de su marcha.

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Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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