NoticiaClero Un malagueño entre los sacerdotes renovados como "Misioneros de la Misericordia" El sacerdote Francisco Alejandro Pérez Verdugo renovado como "Misionero de la Misericordia" por el papa Francisco // E. MATEO Publicado: 13/10/2017: 21997 El sacerdote diocesano Francisco Alejandro Pérez Verdugo es uno de los 54 españoles renovados por el papa Francisco como "Misioneros de la Misericordia". «Mi corazón se siente animado y agradecido, sí, pero también necesitado de vuestra oración» El Santo Padre ha renovado el decreto por el que nombró a los “Misioneros de la Misericordia” con motivo del Año Santo de la Misericordia. Según hacía público la Conferencia Episcopal Española, «el Papa ha considerado los frutos espirituales que comportó este ministerio durante el Año Santo Extraordinario y lo ha prolongado hasta nueva disposición como “signo concreto de que la gracia del Jubileo sigue siendo viva y eficaz, a lo largo y ancho del mundo” (Misericordia et Misera, n. 9)». En España 54 misioneros de la misericordia continuarán desempeñando ese ministerio con las facultades que el Papa les ha concedido en sus respectivas sedes y que se recogen en una Carta del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización. Aquí puede consultar el listado de los 54 sacerdotes españoles y aquí la Carta del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, en la que se especifican las facultades concedidas como "Misioneros de la Misericordia". Ante el nuevo nombramiento, estas son sus primeras declaraciones: ¿Cómo recuerda usted el nombramiento en el Año de la Misericordia? El Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia que promovió el papa Francisco para la Iglesia, supuso una auténtica conversión para muchos, una reconversión para no pocos y una oportunidad preciosa para ahondar todos en la inagotable e infinita fuente de la misericordia divina. A ello contribuyó el ejercicio evangelizador de los Misioneros de la Misericordia; una delicada misión pastoral desarrollada según las directrices que se nos dieron cuando, en Roma, recibimos el encargo y fuimos enviados directamente por el Santo Padre. Aquel momento fue inolvidable. ¿Un año lleno de experiencias inolvidables? Como Misionero de la Misericordia, a lo largo de ese año extraordinario, con toda humildad y como tantos, fui testigo de la anchura, largura y profundidad de la ternura y misericordia divinas a través de diversos acontecimientos: charlas, conferencias, celebraciones penitenciales, misiones, ejercicios espirituales, retiros, confesiones individuales… también a ello contribuyó el nombramiento del Sr. Obispo como Penitenciario de la Catedral. Como ya dije en una entrevista a los MMCC de la Diócesis, hubo hechos concretos, constatables: con nombres, apellidos, fechas y lugares, algunos francamente milagrosos… pero hubo uno, que reservo en mi corazón sacerdotal, que me vale estos 25 años de sacerdocio. No exagero; los que creéis en Dios me entendéis, claro; es cuestión de fe. Doy gracias a Dios. ¿Que significa para usted ser renovado por el Papa como "Misionero de la Misericordia"? El otro día me llegó el nombramiento del Santo Padre. Ser renovado por el Papa en este servicio evangelizador y misionero significa continuar, delicada y discretamente, haciendo como algo ordinario lo que la Iglesia propuso como extraordinario durante un año; es decir, lo normal, habitual, corriente, ordinario…, es que la Iglesia sea signo de la Misericordia de Dios para los hombres. Dicho de otro modo, lo ordinario es que la Iglesia sea, y de hecho así es, el espacio privilegiado para la Misericordia de Dios, donde ella misma muestre su rostro samaritano a un mundo herido y enfermo. Ciertamente mi corazón de sacerdote se siente animado a contribuir a ello con mis limitaciones; y se siente agradecido al Papa Francisco por renovarme en este ministerio de Misionero de la Misericordia. Es una misión con unas exigencias especiales, dado que se nos concede la facultad de absolver los pecados reservados a la Santa Sede, pero, además, como se nos dice en la carta, supone un constante ejercicio de acogida, solicitud, claridad, disponibilidad, prudencia, discernimiento, generosidad, magnanimidad (Misericordia et Misera, 10). Por eso mi corazón se siente animado y agradecido, sí, pero también necesitado de vuestra oración. Gracias.