NoticiaEntrevistas Tres santuarios dedicados a Mª Auxiladora Felipe Acosta en el Santuario de Mª Auxiliadora de Málaga · Autor: S. FENOSA Publicado: 22/05/2014: 12546 El 24 de mayo se celebra la fiesta de María Auxiliadora, advocación mariana que cuenta con tres santuarios en nuestra diócesis: Antequera, Málaga y Ronda. Hablamos con el responsable de este último, el salesiano Felipe Acosta. -Hablar de María Auxiliadora es hablar de los salesianos. -María Auxiliadora está en la raíz de la obra salesiana de San Juan Bosco, nuestro fundador. Su devoción hacia ella comenzó a partir de 1867. Ma Auxiliadora es nuestra madre. Don Bosco quería que la viéramos caminando entre los chicos en el patio, en la clase, en el comedor, en los dormitorios allí donde hay internado... Es la madre que está en la casa con todos. -¿Cuáles son los orígenes de esta advocación? -En 2014 estamos celebrando precisamente el segundo centenario de la institución de la Fiesta de María Auxiliadora, cuando el papa volvió a Roma después de haber sido deportado por Napoleón. Antes, en 1571, tras la batalla de Lepanto, había sido el papa Pío V quien había incluido “María, auxilio de los cristianos”, en las letanías lauretanas. Pero los orígenes son aún más remotos. -Y a Ronda, ¿cuándo llegó? -Llegó, con los salesianos, en el 1902. Empezamos en el famoso colegio de Santa Teresa y en el año 1919 pasamos al Castillo. La advocación está anclada a Ronda de manera indestructible. Los datos son hermosísimos. A pesar de que hace ya dos años que se marchó de allí la comunidad de salesianos, la devoción sigue adelante y la novena también. Los datos del año pasado son increíbles. Ha habido días en los que la asistencia a la novena ha llegado a 1.300 personas, y la media está en 700. Igualmente, el Rosario de la Aurora, que se celebra a diario durante 10 días, cuenta con una media de 400 asistentes. -El que ha sido alumno de los salesianos, podrá tener una fe más o menos adulta o comprometida, pero a María Auxiliadora no hay quien se la quite del corazón. -Así es, todos llevan a María Auxiliadora en el corazón y una estampa en la cartera. Practicarán más o practicarán menos, pero a María Auxiliadora no hay quien se la quite. Hablando el otro día con la presidenta de la asociación de María Auxiliadora de Ronda, y sobre la cantidad de gente diversa que pasa por allí, me contaba que llegó un señor de un partido de izquierdas y ella le preguntó: “¿Qué le dices a la Virgen?”. El otro contestó: “Yo no le digo nada, yo la escucho”. Y ante esa misma pregunta, una ancianita respondió: “Me mira y la miro”. ¡Ya está! ¡Qué formulación de la devoción a la Santísima Virgen tan clara y tan bonita!