NoticiaEn los Medios Abusos en casa Publicado: 09/11/2021: 9915 Artículo de opinión del delegado de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga, Rafael J. Pérez, publicado en el Diario SUR. ¡Ay de aquel que escandalice a un menor, más le valdría que le pusieran en el cuello una rueda de molino y lo echasen al mar! Esta demoledora sentencia de Jesús de Nazaret expresa la gravedad del abuso a la infancia. En cualquier ámbito. No existen palabras para calificar el crimen repugnante, cruel y diabólico que supone abusar de un menor. Según un informe de la Fundación ANAR (Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo), el abuso se produce en un 49,7% en la casa y en un 14,8% en el entorno del hogar; es decir, en un casi 65% en ámbitos familiares. Creo que es un dato desconocido por la mayoría de la opinión pública. Según las cifras en un 23% quien abusa es el padre, el tío en un 5,4%, en un 2,8% es el abuelo, el hermano en un 2,1%, la madre en un 1,4% o las abuelas en un 0,3%. Por tanto, tomando los datos de los espacios de la agresión sexual, la mayoría de los abusos a menores se dan en la familia. ¿Hasta cuándo? Debemos poner la mirada en absolutamente todos los entornos, por pequeños o grandes que sean los porcentajes de criminalidad; en el caso del educativo, un 3,7%, o eclesial, un 0,2%. Donde hay un niño o niña ahí debemos estar siempre para protegerlos. Siempre. Es horroroso intuir la desprotección y dolor que puede llegar a sentir el menor del que el adulto se aprovecha. No abordar, denunciar o perseguir los abusos en el ámbito doméstico o círculo de confianza es obviar el origen en un 80% de los abusos sexuales: una fractura social de consecuencias imprevisibles. No enfrentarse al 20% restante, consecuentemente a su totalidad, es un ejercicio de complicidad criminal.