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La gran escisión (II)

Publicado: 04/04/2016: 3347

Las causas y motivos de la revolución protestante son muchas y complejas. Hasta comienzos del siglo XX, historiadores, tanto católicos como protestantes han sostenido que el origen de la insurrección luterana fue debido a la inmoralidad en la jerarquía católica y en el pueblo cristiano. Hoy nadie admite esta interpretación.

Los mismos luteranos confiesan que lo que pretendió Lutero fue retornar al sentido puro del cristianismo del que se había apartado la Iglesia romana. El mismo Lutero manifiesta: “nuestra vida es tan mala como la de los papistas… no les condenamos por su vida práctica. El problema es otro. Es el de si enseñan la verdad”. No se trataba de reformar la moral. Se pretendía entender de otra manera algunos principios doctrinales de la Iglesia Católica como la justificación, el primado pontificio y el carácter sacrificial de la Misa.

Para los historiadores marxistas, las causas de la revolución protestante hay que buscarlas en la crisis económico-social del XVI. Piensan que Lutero fue un auténtico agitador popular que condujo al campesinado alemán a enfrentarse con la burguesía latifundista. Esta teoría sólo se fija en el episodio de las guerras campesinas en la Alemania del siglo XVI. Esta teoría es muy simplista e infravalora el protestantismo como fenómeno espiritual y religioso. Lutero fue un hombre de profundos sentimientos religiosos.

Otra teoría más acertada es la que defiende que “a una revolución religiosa, es preciso buscar causas religiosas” (L. Febvre). Esta teoría es buena, pero insuficiente, pues existieron otros muchos factores que desbordaron lo puramente religioso.

Las causas fueron muchas: La debilitación de la autoridad pontificia, la decadencia moral del clero y del pueblo, el nacionalismo germánico antirromano, el falso misticismo, la decadencia de la teología, las motivaciones político-sociales e incluso las actitudes psicológicas y anímicas de los reformadores. El conjunto de estos factores explica el porqué del éxito de la insurrección luterana.

Santiago Correa

Sacerdote Diocesano

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