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Cómo rezar en familia

Publicado: 28/09/2011: 3148

El mes de octubre nos acerca a la práctica del Santo Rosario, un ejercicio piadoso que se concibió como el mejor modo de acercar al pueblo a los misterios de nuestra salvación y que hoy se ha convertido para muchos en un mero accesorio estético que cuelga del cuello de personajes famosos.

Benedicto XVI, en la exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini, invita especialmente a las familias a ser fieles a esta plegaria mariana, «que la tradición nos invita a recitar por la mañana, a mediodía y en el ocaso». Ésta y otras formas de oración son una gran ayuda para llevar a cabo el compromiso de educar cristianamente a los hijos, como prometemos en su bautismo.

FAMILIA GALACHE REBOLLOSO
 
Teo Galache y Ana Rebolloso tienen cuatro hijos: María, Ana, Pablo e Isabel. Su vida de familia está indivisiblemente unida a la vivencia de la fe, que alimentan en la “Comunidad de Vida Cristiana” de Málaga.  Para ellos, como matrimonio, la oración es clave en las decisiones y momentos importantes; algo ya integrado en su día a día. «No acudimos a ella para resolver nada, es un momento de encuentro, que da fuerza, sentido y esperanza. Te hace vivir el día a día de otra forma. Todo esto no ha sido una casualidad, en nosotros ha habido un proceso que hemos vivido como un regalo, y donde han sido claves algunos momentos importantes de nuestra vida, que se han ido entrelazando con experiencias, tanto en la vida corriente como en retiros en silencio, los Ejercicios de San Ignacio», afirman.

Transmitir eso a los hijos es todo un reto. «Con nuestros hijos también hemos vivido un proceso: rezar por la noche en la cama; en el coche, por las mañanas camino del cole; experiencias familiares en Pascuas; una semana de verano toda la familia en Taizé; unas Jornadas de Familia y Espiritualidad Ignaciana en Loyola; la revisión del día por las noches, en casa, durante el curso, etc».

Una de las cosas con las que se sienten más contentos en la actualidad es la naturalidad con la que sus hijos hablan y buscan momentos para la oración y lugares donde compartirla: grupos ACIT de la Institución Teresiana, grupos Spínola de las Esclavas, grupos Luz-Vida de los Salesianos… «Esto es algo que no se improvisa y que, tal vez, sea el fruto de que en cada etapa de sus vidas no ha faltado ese hilo conductor, la presencia de Jesús en nuestra familia, que de una u otra forma les ha llegado».

Como en todo camino, también hay dificultades. «De estos últimos años, uno de los aspectos que más nos ha ayudado ha sido la revisión del día familiar. En los Ejercicios (EE) de San Ignacio, del verano de 2005, fue cuando a los dos nos salió, cada uno en sus días de EE, que la espiritualidad ignaciana, que tanto nos estaba ayudando a nosotros, como personas y como pareja, tenía que aportar, explícitamente también, algo a nuestros hijos, a nuestra vida cotidiana familiar: hacer el examen diario ignaciano (lo llamamos “revisión del día”), en casa con los niños».

REVISIÓN DE VIDA (15 minutos)

1. Oración inicial

2. Ronda de acción de gracias

3. Petición de luz para ver los fallos

4. Revisión de los aspectos a mejorar (que cada uno se ha fijado)

5. Petición de perdón

6. Padrenuestro o Avemaría

Rezando en familia...

«... encuentro que el Señor me ayuda a cambiar las cosas que hago mal para mejorarlas»

Isabel (11 años)

«...encuentro tranquilidad, paz y armonía con la familia y, sobre todo, cuando rezo en el coche me da energía positiva por las mañanas»

Pablo (15 años)

«...encuentro una oportunidad para que Jesús se haga presente de forma más explícita en nuestra familia en el día a día, un regalo, al poder escuchar y dialogar con mis hijos de otra forma, más desde lo hondo de cada uno»

Teo (padre)

«...encuentro un momento para compartir la fe con mis hijos, la escucha y el silencio que necesito para vivir de otra manera»

Ana (madre)

«...encuentro ayuda para profundizar y valorar lo que hago cada día: antes no te parabas a pensar, a veces huía o evitabas los problemas»

María (20 años)

«...es un rato de encuentro,  comunicación y alegría»

Ana (18 años)


Un reportaje de Ana Mª Medina para la revista "Diócesis"
     

Autor: diocesismalaga.es

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