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«Cristo está llamando a nuestra puerta»

Publicado: 20/09/2024: 2086

Casa San Juan

La Diócesis de Málaga celebra este año la Jornada Mundial del Migrante con una buena noticia: a la Casa Betania que abrieron hace año y medio las esclavas del Divino Corazón y los mercedarios, se suma ahora Casa San Juan. Esta casa está pensada para aquellos jóvenes migrados que quedan fuera del sistema de protección. Los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (dehonianos), que sirven en la parroquia de San Antonio de Padua, se han sentido llamados a ser “comunidad acogedora y misionera” y caminar junto a aquellos que más los necesitan.

«Acoger al migrante es justicia, no generosidad»

«Dios camina con su Pueblo» es el lema de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado que se celebra el 29 de septiembre. La delegada de Migraciones de Málaga, Pilar Gallardo, invita a vivir esta jornada desde palabras como «sinodalidad, catolicidad, éxodo, encuentro, mestizaje, misión y esperanza. Con una seguridad firme: Dios camina con y en los migrantes. Estamos llamados a ensanchar el espacio de nuestra tienda, a redescubrirnos como Pueblo de Dios peregrino, a compartir el sufrimiento y la esperanza, a encontramos con Cristo en el camino junto a los migrantes y refugiados. Escuchemos lo que Dios nos dice con este signo de los tiempos, aprovechemos la oportunidad de encontrarnos con Cristo, que está llamando a nuestra puerta, y comencemos un discernimiento personal y comunitario para ser Comunidades acogedoras y misioneras».

Es lo que quiere hacer Casa San Juan. Los dehonianos, interpelados por el Evangelio y por el ejemplo de Casa Betania, que da respuesta a jóvenes entre 18 y 25 años solicitantes de protección internacional. «Fuimos dando forma a la idea de dedicar la casa donde antes habíamos vivido como comunidad a la acogida de migrantes. Pensamos que era una buena manera de celebrar los 50 años de presencia en Málaga», explica el P. Carmelo de las Heras, superior.

Casa San Juan va a funcionar siempre en contacto con Casa Betania. «Acogeremos a los muchachos que tengan que abandonar la otra casa y se encuentren de golpe en la calle. Aquí podrán estar hasta encontrar un trabajo, les daremos calor de familia y cercanía para que no se sientan abandonados», cuenta. «Acoger al migrante es justicia, no generosidad», expresa. «El nombre de Casa San Juan hace referencia a la primera obra social que hizo nuestro fundador, P. Dehon, que fue el Colegio San Juan en Saint Quintin (Francia) dedicado a promocionar a los hijos de los obreros más pobres y darles una buena educación no solo intelectual sino también educarles en los valores del evangelio ante la revolución industrial que se estaba dando. Para la comunidad Casa San Juan supone un reto grande, nos hace salir de nuestra situación de confort y de una vida ya construida e involucrarnos fuertemente con aquellos que hoy día están viviendo no solo el drama de dejar su país sino el drama personal de una vida rota y de un futuro incierto. Queremos contribuir como un granito de arena en la playa a ser constructores de  una nueva “civilización del amor” como insistentemente nos decía nuestro fundador a los dehonianos». El P. Carmelo insiste: «creo que puede ser como un pequeño terremoto que remueva las conciencias al darse cuenta que hay otros que lo están pasando mucho peor. Acogida y ayuda serían las dos palabras que nos gustaría se pusieran en movimiento».

La Casa San Juan ya tiene a su primer acogido: Nafae, natural de Marruecos, que estaba en situación de calle en Málaga. «Como bien conocemos, la dificultad ahora mismo de plazas en Málaga en los albergues y en los espacios de sinhogarismo hace que algunos chicos queden en la extrema exclusión y en la situación más indigna que un ser humano puede tener, que es no tener un techo. Nafae se siente ahora acogido, protegido y amado», cuenta Michel Bustillo, educador. Un joven de Casa Betania será cuidador en Casa San Juan, contribuyendo a este proyecto de comunidad acogedora. En palabras de Bustillo, «ambas casas buscan dar respuesta a jóvenes vulnerables solicitantes de protección internacional. En el caso de Casa Betania, lo que fue la casa noviciado de la esclavas del Divino Corazón, en un gesto de mucha generosidad y mucha solidaridad, lo cedieron para que bajo la gestión técnica de la Fundación de la Merced Migraciones se iniciara esta casa de acogida. En diferentes momentos hemos llegado a tener hasta nueve nacionalidades. Principalmente son jóvenes sub-saharianos que dejaron familia, su país, su cultura, su historia y se embarcaron en una ruta mortífera, en este contexto de la frontera sur que es la ruta mauritania canaria, el "gran cementerio de nuestro mundo".

En esta casa, el voluntariado tiene una fuerza importante bajo la dirección de Michel y Sara, educadores sociales, y un equipo multidisciplinar que les apoya desde Madrid. El 98% de los jóvenes han salido adelante. «Eso significa que nuestros jóvenes valientes han salido con trabajo y con vivienda. Son autónomos, se han emancipado y tienen independencia económica. Siguen volviendo por Casa Betania para visitar a su familia y que somos nosotros».

Pero Casa Betania se encuentra con varias situaciones a las que responder: «Vimos una nueva necesidad que iba surgiendo, que era la derivación de jóvenes solicitantes de protección internacional a quienes les habían denegado su expediente de asilo, que estaban en fase de recurso y que no tenían dónde dormir; por otra parte, algunos jóvenes que tenían que finalizar el programa de la Casa y con dificultades para encontrar una vivienda, y jóvenes que estaban en una situación de exclusión extrema, en situación de calle en Málaga, jóvenes migrantes que querían y no lograban solicitar una cita de asilo». Ante eso, surgió la respuesta. «Los que creemos en Jesucristo, vemos cómo intercede», afirma Michel.

Ahí surge la relación con los dehonianos, su deseo de contagiarse del proyecto y nace, el 9 de septiembre, el proyecto Casa San Juan. «Es un proyecto compartido entre dehonianos y mercedarios, de financiación propia, pero al que esperamos que se unan entidades, hermandades, ciudadanía y sociedad civil. El voluntariado es vital para que salga adelante. Queremos animar a las comunidades cristianas que van de la mano de los dehonianos, y a todas. Estamos ilusionados y muy orgullosos de la Iglesia de Málaga», termina Michel. «No hacemos otra cosa que lo que hizo Jesús de Nazaret, lo que nos dijo que hiciéramos». 

MATERIALES PARA LA JORNADA

Mensaje del Papa Francisco

Mensaje de los obispos de la subcomisión

Revista Migraciones

La Conferencia Episcopal Española estrena «Cruzando Fronteras», un podcast, sobre cómo debe ser hoy la acción de la Iglesia con las personas migradas. Ante la realidad migratoria, esta es una propuesta para promover, acoger, proteger e integrar a los migrantes. La base de esta iniciativa es la exhortación pastoral «Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con migrantes”. Cada episodio es una reflexión en torno a este documento desglosado en cuatro temas: «Porque somos católicos», «Primero conversión», «Una pastoral con ellos», y «Tú, ¿Qué puedes hacer?». En el primero de ellos, participan ya algunas personas migradas que han encontrado en Málaga acogida en la Iglesia.

 

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