«Llegar al cursillo número 600 es una alegría muy grande, un regalo que el Señor nos va dando a lo largo del tiempo para que muchas personas lo vayan conociendo cada vez más, y que todos vamos a celebrar y disfrutar», afirma Pepita Ledesma, la presidenta de este movimiento en Málaga.

El Cursillo se realiza en el contexto de una convivencia en la que participan hombres y mujeres mayores de 18 años. Hay momentos de capilla, de charla y de trabajo: «no damos un horario concreto, porqueel equipo va presentando poco a poco lo que vamos haciendo, abriendo nuevas perspectivas, nuevos
caminos, nueva información, porque también en el Cursillo se presenta lo fundamental de la fe cristiana».

El Cursillo de Cristiandad dura tres días en los que se deja a un lado el estrés de la vida ordinaria para hacer una parada, pensar y encontrarse con uno mismo y con Dios. También «ayuda a encontrarse con las demás personas que asisten, con otras realidades, y a darte cuenta de que son tus hermanos. Asimismo, se descubre nuestro “ser Iglesia” y la vocación dentro de ella», añade Ledesma. Y anima a todas las personas a asistir a cursillos desde su propia experiencia personal: «La mejor animación que se le puede dar a la gente es desde el testimonio de uno mismo. Es un encuentro personal con Dios, y a mí me cambió la vida, me dio felicidad. Es una experiencia muy positiva donde nadie sale indiferente, y eso es muy importante».

Carmen García Anula