Conmemoramos el hecho de que hace 50 años los padres conciliares aprobaran el decreto conciliar Ad Gentes, documento misionero que recuerda y encomienda a la Iglesia su compromiso con la misión. Ese “salir” hacia las periferias del que nos habla el papa Francisco.

El documento nos recuerda las palabras de Jesus: “Id y haced discípulos a todos los pueblos”. Hoy, después de 50 años, la Iglesia se pone en “estado de misión”. No sólo dispuesta a proclamar el Evangelio a todas las gentes, sino a ser evangelizada, seguir escuchando la voz del Maestro, renovándose y abriendo las puertas a Cristo.

Hoy, con mayor fuerza quizás por el avance de una sociedad laica que quiere prescindir de Dios, el decreto Ad Gentes nos llama a no bajar la guardia y a seguir oyendo el mandato de Jesús: “Id por todo el mundo”. El mundo de los alejados, los marginados, los sin voz, los refugiados.

Después del decreto Ad Gentes nos vino la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, luego la Redemptoris Missio, de Juan Pablo II y últimamente, la Evangelii Gaudium. Todos estos documentos vinieron a profundizar y actualizar el decreto Ad Gentes repitiéndonos y exhortándonos que la Iglesia de Jesucristo es misionera por naturaleza y que no podemos eludir este mandato y esta responsabilidad de anunciar la Buena Noticia de Jesucristo a todos los pueblos, a todas las culturas, a todos los ambientes donde no se conoce a Jesucristo o es ignorado o rechazado.

Nos unimos a la alegría de toda la Iglesia misionera al conmemorar el 50 aniversario de este decreto conciliar que trajo tanta riqueza a la Iglesia y la hizo más misionera y más generosa enviando a miles de misioneros por todo el mundo dando testimonio de la misericordia de Dios, la bondad y el amor de Jesucristo y la fuerza y la alegría del Espíritu.