Aunque los medios de comunicación han reducido el análisis informativo de este acontecimiento a relatar la complejidad de la organización, la agenda protocolaria y las autoridades convocadas, los pasos de Benedicto XVI por tierras españolas van a dejar huella en personas sencillas, que viajan a algunas de las dos ciudades con el deseo de encontrarse con él y de escuchar sus palabras que les lleven a vivir la fe.  

El Papa, que ha demostrado en multitud de ocasiones ser un fiel testigo de Cristo en el mundo, viene a nuestro país por segunda vez desde que inició su pontificado, tras la visita realizada en el año 2006 para participar en el Encuentro de Familias celebrado en Valencia, y muy cerca ya de celebrar en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud prevista para agosto de 2011.    

 “Vamos a ver al Papa y a dar gracias a Dios por la familia”

 La corriente comunicativa que rodea una visita pontificia es siempre mayúscula, y tras ella se detecta el interés que, a pesar de la secularización, sigue despertando en nuestra sociedad la figura del sucesor de Pedro. Si por algo se ha caracterizado Benedicto XVI durante el inicio de su pontificado ha sido por no tener miedo a anunciar de forma transparente y argumentada las razones que el hombre actual tiene para creer en Dios. También no creyentes de todo el mundo han compartido con él conversaciones sobre lo humano y lo divino, y han encontrado en sus palabras la luz de alguien que no pretende cegar para convencer, sino que deja pasar por su testimonio la luz de Cristo, que ilumina la realidad del mundo. 

Además de los mensajes que nos dejará en su visita de estos días, el viaje del Papa va a estar, seguro, cargado de gestos. Quizás no los encontremos en los medios informativos, pero nos los contarán los cientos de malagueños que van a cruzar España para recibir al Papa.

Pablo y Araceli, junto a su hija mayor, no quieren perdérselo. Cada verano, desde hace cuatro años, han viajado para realizar por etapas el Camino de Santiago. Sin embargo, en esta ocasión, tuvieron que anular la peregrinación por problemas de salud. El no poder cumplir la promesa los entristeció, pero se han encontrado con una Gracia que no esperaban: poder viajar, de otro modo, y encontrar al Papa al final del camino. "Tenemos mucha devoción a Santiago, y  creíamos que este año nos iba a ser imposible. Pero de pronto vimos una oportunidad preciosa: el poder ir y ver al Santo Padre con una peregrinación de la diócesis", nos cuentan.

Araceli, madre de siete hijos, habla de la peregrinación emocionada: "Queremos aprovechar para dar gracias a Dios por nuestra familia, por nuestro matrimonio, nuestros hijos, nuestros nietos... Tenemos mucho por lo que dar gracias". 

Málaga viaja con ellos y con el resto de peregrinos, y quiere agradecerle al Papa que sea guía y modelo para la Iglesia en el anuncio del Evangelio a un mundo cada vez más necesitado de buenas noticias.

"El corazón de la Iglesia"

(Testimonio de Marta Sánchez Esparza, malagueña que acudirá a Santiago este fin de semana)

 "El próximo 6 de noviembre, el Santo Padre aterrizará en Santiago de Compostela, y seremos muchos los afortunados que le recibamos, apiñados junto a la Catedral, estrujados en la plaza del Obradoiro, disgregados por las calles y plazas de la ciudad a la que en este año Xacobeo han acudido millones de peregrinos. Queremos acompañar al Papa, que acude a Santiago como un peregrino más, buscando las raíces cristianas de nuestra Europa.

Acudiremos en grupos grandes y pequeños, como es mi caso, pero no faltaremos a la cita. Profesionales, estudiantes, sacerdotes, religiosos, creyentes, y también no creyentes con afanes de búsqueda, que vienen a Santiago con expectación, y deseos de oir las palabras de Benedicto XVI, un Papa y un intelectual. Un auténtico pedagogo de la fe, que lleva años ayudándonos con sus escritos luminosos a profundizar en las más bellas tradiciones cristianas, desgranando de forma sencilla y certera, una por una, las riquezas de la fe que compartimos con el Apóstol Santiago. Seguro que será una jornada memorable que no olvidaremos. Espero que nos encontremos en el Obradoiro, a donde el día 6 se trasladará el corazón de la Iglesia."