NoticiaCoronavirus SUÁREZ-LLEDÓ. Cómo cuidar al bebé, el tesoro del hogar Publicado: 29/04/2020: 14089 MARÍA AURORA SUÁREZ-LLEDÓ Realmente lo más importante que nos traemos entre manos son nuestros peques. En algunas ocasiones nos afanamos en protegerlos de todo, y en otras, buscamos satisfacer hasta sus más pequeños caprichos; subestimamos de esta manera, su capacidad de adaptación, de aprendizaje, de respuesta. Son pequeños receptores del entorno y lo procesan, ¡claro!, a su manera. Esto es así durante toda la infancia, incluso para los bebés y niños muy chiquitines. Las especiales circunstancias que estamos viviendo, aunque ya empiezan a poder pasear un rato al aire libre, nos plantean interrogantes sobre cómo poder transformar, también y sobre todo para ellos, una situación tan adversa en ocasión de crecimiento. La respuesta como siempre, está en el amor. Los bebés perciben el amor a través del tacto, así pues, salvo que seamos personas sospechosas de enfermedad infecciosa que debamos permanecer aislados, no debemos privarles del contacto físico. No los .aparquemos. Acariciarles y hablarles con cariño cada vez necesiten atención reforzará los vínculos y les proporcionará bienestar. En estos días en que puede haber más tensiones familiares, recordemos que ellos perciben perfectamente nuestro estado de ánimo y eso les influye. Una buena forma de contrarrestar puede ser un masaje con aceite corporal después del baño incluso relatándole la zona del cuerpecillo que vamos masajeando, así percibe aún más que “estamos presentes”, a su lado. Si ponemos nuestros cinco sentidos en este pequeño acto, también puede resultar terapéutico para nosotros. Ahora que tenemos más tiempo, olvidemos las prisas y aprovechemos para cambiar el modo “hacer, hacer, hacer...,” por el modo “ser consciente” de lo que vivo. Los bebés también pueden participar en el ejercicio casero de papás y mamás: podemos tumbarnos por ejemplo en la cama, y sentarlos en nuestro abdomen sujetando su cuerpecito con las manos, y realizar así algunos ejercicios abdominales, de glúteos, o de brazos... O sentados, colocarlos encima de nuestros muslos y con movimientos de elevación y descenso, ejercitar nuestros gemelos..., o si tienen algo más de edad, colocándolos a caballo sobre una de nuestras piernas la extendemos y flexionamos al ritmo de alguna canción infantil.... Pueden ser nuestros acompañantes culinarios. En el maxi-cosi o cuando comienzan a sentarse en la trona, o incluso en su silla de paseo, podemos colocarlos en la cocina de forma que nos vean y les vamos explicando lo que estamos haciendo: “mira, esto es una patata..., y ahora la pelo”. Si al mismo tiempo aprovechamos para dejarles tocar y experimentar con alguna fruta o verdura sin perderlos de vista, favoreceremos la adaptación a la alimentación variada. Un maravilloso instrumento musical puede ser una cuchara de madera y una tapadera... Los juegos delante del espejo suelen también resultar muy divertidos y estimulantes. Sólo hace falta algo de imaginación. Los globos de colores vivos y variados son un entretenimiento asegurado en edades tempranas. Las mantas con actividades. Los correpasillos para los que se inician en la deambulación, que algunos sustituyen por sus propias sillas de paseo empujándolas como observan que hacen sus familiares. Si ya caminan será difícil mantenerlos quietos, en estas edades tempranas los juguetes de arrastre les llaman la atención; les resultarán mucho más interesantes los de fabricación casera con objetos que vean utilizar a los adultos, además les suele gustar llevar cosas de un lado para otro: ¿quién ha dicho que no se puede transportar una naranja en una caja de zapatos con una pequeña cuerda? La hora de recoger es mucho más divertida si es participativa. El juego en el momento del baño es muy reconfortante y relajante y favorecerá su descanso. Hemos de tener en cuenta que nunca debemos dejarlos solos, y menos aún en el baño o la cocina. Lo que suelen reclamar con insistencia y al mismo tiempo que es una necesidad para su desarrollo, es también la mejor manera de trasmitirles nuestro amor, es prestarles una atención de calidad y con calidez: Jugar con ellos; estar “atentamente” con los peques.