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"Cuaresma no tiene sentido si no es mirando a la Pascua"

Publicado: 16/02/2010: 543

Entrevista con José León, delegado de Liturgia

José León Carrasco es el delegado diocesano de Liturgia y párroco de Nuestra Señora del Pilar, en Málaga capital. Con motivo del inicio de la Cuaresma, concedió una entrevista a Encarni Llamas, de la revista "Diócesis".

–Don José, ¿cómo debemos plantearnos la Cuaresma los cristianos del siglo XXI?
–El planteamiento de la Cuaresma de los cristianos del s. XXI va por el camino que nos presenta la liturgia dominical, este año guiados por el evangelista Lucas: profundización en el conocimiento de Jesucristo, fidelidad a nuestro bautismo y amor a la Iglesia de la que formamos parte.

–¿Siguen teniendo actualidad los tres pilares de la Cuaresma: oración, ayuno y limosna?
–Alguien dirá que son pilares viejos, que ya no sirven, pero son de gran actualidad. La oración es encuentro con Dios, y con nosotros, en el silencio. El ayuno por motivos religiosos decimos que está anticuado, mientras que se valora el realizado por motivos estéticos. Cuando la Iglesia nos pide el ayuno nos está hablando de privaciones, no para tener más, sino para compartir; es decir, que el fruto de esas privaciones vaya en beneficio de los necesitados y así se unen ayuno y caridad. Si la Cuaresma nos habla de penitencia, nos está diciendo que necesitamos ser conscientes de que nuestra vida cristiana necesita renovar su fidelidad a Jesucristo, porque en  realidad a lo que nos invita la Cuaresma es a revisar en profundidad nuestra vida y disponernos a renovar nuestras promesas bautismales en la Noche de Pascua.

–¿Cuál es el sentido del Miércoles de Ceniza?
–El camino de 40 días a la Pascua lo comenzamos con la imposición de la ceniza, que nos habla de limitación y muerte, y termina con Agua, Luz y Vida en la Pascua. La ceniza nos recuerda que nuestra vida, a pesar de sus valores, riquezas y afanes desmedidos, va al polvo, a la ceniza. Es un signo de conversión y penitencia, de vuelta a los valores que de verdad valen la pena. En la Biblia, cuando alguien hace penitencia por sus pecados, lo hace “en polvo y ceniza”. La ceniza, al comienzo de la Cuaresma, es un símbolo de que queremos convertirnos de nuestro camino un poco  desviado y anti-evangélico. Va a terminar en la Pascua, celebración principal del año con Fuego, Agua y Eucaristía, signos de la vida nueva que nos viene de Jesucristo Resucitado.

–Una recomendación del delegado de Liturgia a los lectores para vivir esta Cuaresma.
–En este año sacerdotal, merece la pena recoger el lema señalado por el Papa “Fidelidad de Jesucristo, fidelidad del sacerdote”. Que los cristianos recen por sus sacerdotes, valoren su ministerio y, juntos, continuemos la tarea que Jesucristo ha encomendado a su Iglesia.

Texto íntegro en DIÓCESIS en formato pdf.
 

Autor: diocesismalaga.es

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