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“Los magos de oriente conocieron a Dios a través de la investigación”

Publicado: 30/12/2009: 355

•   Los magos de oriente conocieron a Dios a través de la investigación

Cuentan que en 1892 viajaba un anciano en un vagón junto a un joven universitario que leía un libro de ciencias...

Cuando el muchacho se percató de que el anciano portaba una Biblia, le espetó: “¿Todavía cree usted en un libro lleno de fábulas y de cuentos?” “Sí” –contestó el anciano– pero no es un libro de fábulas, sino la Palabra de Dios”. El joven le replicó: “Debería estudiar Historia Universal. Vería que la Revolución Francesa mostró la miopía de la religión. Como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero déjeme su tarjeta para mandarle material científico. El anciano le dio su tarjeta. Cuando el joven la leyó, salió cabizbajo. La tarjeta decía: “Profesor Dr. Louis Pasteur, Director General del Instituto de Investigaciones Científicas”.

De este noble anciano, premio Nobel, también es la frase que abre nuestro artículo.

Y es que hoy queremos acercarnos a Dios a través de la ciencia.

Entrevista con el astrofísico malagueño Alberto Castro-Tirado

Alberto Castro-Tirado nació en Málaga en 1966. Estudió en el colegio de Los Olivos, con los padres agustinos. Lo lleva a gala y dice que debe el éxito de su carrera a haber recibido allí una “completa formación integral”. Licenciado en Físicas por la Universidad de Granada y doctor en Astrofísica por la Universidad de Copenhage. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas, como Nature o Science.

Ha recibido diversos premios de investigación y cuenta en su haber con algunos descubrimientos. El último, en 2007, una nueva estrella de neutrones en nuestra galaxia. Es el investigador principal del proyecto Bootes, el primer sistema robótico de telescopios de altas energías. Actualmente desarrolla su labor en el Instituto de Astrofísica de Andalucía y vive intensamente su fe en diversas parroquias malagueñas y en las cofradías de Zamarrilla y del Amor (donde es hombre de trono).

Cercana la fiesta de la Epifanía, hemos querido aprovechar su testimonio para actualizar la historia de los Magos de Oriente, unos “científicos” que descubrieron a Dios gracias a la observación de la naturaleza.

Para el astrofísico, “fe y ciencia no tienen por qué ser incompatibles. Aunque no lo manifestemos, muy pocos de los grandes científicos son declaradamente ateos y muchos de ellos tienen un sentido de la religiosidad que se basa en el orden grandioso que percibimos en el universo cuando lo estudiamos. En algunos campos científicos vemos que la ciencia no puede dar una respuesta satisfactoria. En mi caso concreto, por ejemplo, en cuanto al origen del universo. Ahí, muchos de nosotros, vemos la existencia de un creador, en mi caso de Dios, porque no podemos explicar lo que ocurrió más allá del primer instante de la formación del universo. A partir de ahí la ciencia puede explicar el devenir y la evolución de todo el cosmos pero antes no”.

Como astrónomo y católico manifiesta sentir obviamente curiosidad por la estrella de Belén: “Siempre me he preguntado si sería una conjunción planetaria o un fenómeno astronómico. Una de las situaciones que pudo dar lugar a la estrella de Belén es que el 17 de junio del año 2 antes de Cristo (dejando aparte la controversia en cuando al año real de nacimiento de Cristo) hubo una conjunción entre Júpiter y Venus que aparentaban estar en el mismo punto del cielo, con lo cual su brillo se multiplicó enormemente y lo convirtió en el objeto más brillante con diferencia en el cielo. Eso tendría que haber llamado seguro la atención, no sólo de los sabios de la época, sino de cualquier persona. También se puede atribuir a algún cometa de muy largo periodo que incluso no haya vuelto a pasar por la Tierra y que se acercara mucho en ese momento”.

Castro-Tirado cuenta con su propia estrella de Belén, el signo que en su vida lo ha llevado a reconocer a Dios: “Descubro a Dios al darme cuenta de dónde se enmarca el hombre en el cosmos. El estudio del universo nos deja entrever que somos unos seres privilegiados, porque estamos en un planeta que es el único del sistema solar donde se han dado las condiciones para que se desarrolle la vida: temperatura, presión y diversos elementos químicos esenciales para ella. Y es un planeta que orbita alrededor de una estrella ‘del montón’ que está en una esquinita de una galaxia de lo más normal, la Vía Láctea, que forma parte de un conjunto de más de 50.000 millones de galaxias, cada una de ellas con sus cientos de miles de millones de estrellas... Con esa conciencia, tenemos que pensar que todos los seres humanos somos viajeros en una inmensa nave espacial que se llama Tierra, y no deberíamos fomentar los conflictos internos, las disputas...”. En consonancia con el mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz, señala: “Debemos tener conciencia planetaria, no encerrarnos en nuestras fronteras. Lo que debemos hacer es buscar el bien común, solventar los problemas y las injusticias, para poder perpetuar la especie humana en esta esquina de la galaxia”.

Autor: Revista Diócesis

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