«Esta Ermita del Carmen fue el primer templo edificado en este municipio, en 1860, el edificio más antiguo de La Cala del Moral, que después de un período de restauración y rehabilitación, vuelve a abrir sus puertas», explica el párroco, Antonio Prieto, en el Espejo de COPE Málaga.

«Es un acontecimiento muy esperado por todos los caleños, especialmente por aquellos que han nacido aquí y se han criado en este lugar tan cerquita de la mar, pues esta ermita es como el corazón de este pueblo», añade. 

Reabrir esta ermita es «tocar el corazón de muchas familias, de muchas personas que forman esta comunidad cristiana y que esperan con ilusión al Obispo de la diócesis para compartir con él un acontecimiento como este», concluye.

Historia de esta Ermita

El origen de la Cala del Moral se fecha alrededor del año 1840 como morada de pescadores y agricultores. En estos primeros años de historia se construyó esta ermita, que fue bendecida el día 2 de diciembre de 1860. Por tanto, nos encontramos en el edificio con más valor histórico de la Cala del Moral, del que este año se conmemorarán 165 años desde su construcción.

La ermita tiene planta de cajón y se cubre mediante una sencilla armadura de madera de par y nudillo con tirantes. A la izquierda en la cabecera se adosa la sacristía. En el lateral derecho, se abre un hueco que se comunica con un cuerpo anexo de posterior factura. Un atrio forma el acceso exterior. La fachada principal, se remata con una airosa espadaña que alberga una campana.

A la ermita la preside la imagen de Nuestra Señora del Carmen, cobijada en un retablo de mediados del siglo pasado. 

En el año 1975 se realizaron obras de reforma, que alteraron el aspecto original, para dar más cabida al creciente número de fieles. A partir de la construcción del nuevo templo parroquial en 1990, la ermita entra en un deterioro continuo, que finalmente termina con su cierre.

La obra de restauración

La obra, que ha sido dirigida por el arquitecto técnico del Obispado de Málaga, Pablo Pastor, ha querido devolver la imagen original de antes de las alteraciones realizadas en los años 70 de la centuria anterior. Además, se ha tenido una especial atención a los aspectos referentes a la accesibilidad, mejora de eficiencia energética y el uso de materiales tradicionales.

La estructura de madera que cubre a la ermita es la original, habiéndose reparado. La tablazón es nueva, y se ha mejorado energéticamente mediante la adición de un aislamiento térmico, que se cubre con la teja cerámica original recuperada.

Los muros, realizados con piedra de cantillo irregular, han sido revestidos con mortero de cal hidráulica natural y terminados con pintura a la cal. Se ha realizado una nivelación de todo el interior, eliminado distintas alturas que existían en las estancias. La nueva solería, es de mármol blanco, con un pasillo central que comunica directamente la entrada con el altar, solado en damero en tonos rojo y blanco. Un nuevo zócalo de mármol rojo ventilado, permite la aireación del muro y lo protege de golpes y suciedad.

El color blanco de paredes y suelo le proporciona una mayor luminosidad. La sacristía ha sido dotada de un aseo, pileta de limpieza, así como de armarios para vestimentas y elementos de culto. La habitación anexa, se ha adecuado para uso como columbario, estando preparada para colocar los distintos cubículos modulados, que se realizarán en madera, ampliándose según la demanda.

La fachada exterior se ha recuperado tal como fue en su origen, con el arco de medio punto e incluso el farol sobre la clave de acceso. La campana original se ha restaurado y motorizado. Se ha rematado la espadaña con una cruz, inspirada en otras de la misma época. El atrio, con una nueva rampa, hace accesible la Ermita para personas con movilidad reducida. También se le ha dotado de una nueva recogida de aguas, así como de una solería tradicional de barro cocido.

Se ha realizado una nueva instalación de electricidad y megafonía digital, de última generación, así como una nueva iluminación de tecnología LED que permite potenciar tanto los elementos constructivos (armadura de madera), los litúrgicos, imágenes y retablo. 

El retablo ha sido restaurado por la empresa antequerana Chapitel, realizando una nueva policromía en color azulado, más acorde con la titular mariana de la Ermita.

La obra ha tenido una duración de 11 meses, iniciándose en febrero de 2024. Esta actuación, no hubiese sido posible sin la ayuda económica del Ayuntamiento del Rincón de la Victoria. El coste de las obras, ha alcanzado la cifra aproximada de 281.000 euros, habiendo aportado el ayuntamiento 120.000 euros, y el resto la Diócesis.