NoticiaEl santo de la semana San Francisco de Asís San Francisco de Asís abrazando al sultán de Egipto Publicado: 02/10/2020: 17993 Hijo de un rico comerciante de telas, Francisco (fiesta el 4 de octubre) creció como un hijo de papá, despreocupado de la vida y pendiente de los ideales caballerescos de su época. Tras una campaña militar, cayó prisionero y, al enfermar, fue liberado, regresando a casa. Durante su convalecencia empezó a experimentar un cambio que lo llevaría a dejar de lado el estilo de vida mundano que llevaba hasta entonces, pasando a entregar toda su vida a Dios y a los hombres. En la cercana a su casa iglesita derruida de San Damián, Cristo en la cruz tomó vida en tres ocasiones y le dijo: “Ve, Francisco, y repara mi Iglesia en ruinas”. Este llamamiento a construir lo que se había hundido físicamente tiene una connotación espiritual, sintiéndose llamado a reconstruir la Iglesia de aquel tiempo, en la que la vivencia de la fe dejaba mucho que desear. Francisco se sintió llamado a vivir en la pobreza y a dedicarse a la predicación, llegando a llevar el Evangelio hasta al mismísimo sultán musulmán Melek-el-Kâmel en plena época de las cruzadas. En contra de lo previsible, fue recibido y acogido benévolamente brindándonos un ejemplo de diálogo interreligioso desde el respeto y la comprensión mutua, desde el amor. Aquella siembra de la que acabamos de celebrar los 800 años, dio su fruto y, posteriormente, los franciscanos recibieron el permiso para custodiar y velar por los santos lugares en Tierra Santa, un servicio que permite que hoy en día podamos seguir visitándolos. De su profundo amor a Cristo, brotó el amor a toda la creación, que plasmó en su célebre Cántico de las criaturas; una obra de especial relevancia hoy, en nuestro planeta esquilmado por quienes nos hemos sentido dueños de él, en lugar de administradores.