¿Cómo nació la Escuela Teológica de Fuengirola-Torremolinos?

Fue una aventura pusimos en marcha, en 2001, dos sacerdotes: Francisco González y yo, junto a un grupo de seglares. Se trataba de una experiencia que se sumaba a la Escuela que había surgido en Málaga. Tomamos como nombre “Duc in altum”. Utilizábamos el mismo programa y material que en Málaga, lo que hizo que años después se uniera como una sede más de la Escuela Teológica Beato Manuel González. En 2003, la sede pasó a la parroquia de San Manuel, de Mijas-Costa. Por ella han pasado ya 646 alumnos, de los cuales 175 han recibido el diploma y un grupo numeroso ha decidido continuar su formación en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Pablo.

¿Quiénes forman el equipo del profesorado?

Hay dos etapas dentro de la vida de esta sede de la Escuela. En una primera etapa, los profesores éramos los párrocos de la zona, gente de alta formación, muchos eran también profesores también en el Seminario y en el ISCR. En una segunda etapa, los profesores son los mismos de la Escuela Teológica de Málaga, en un 99%.

Muchos años de formación y vivencias con estos alumnos, pues la Escuela es mucho más que un centro de formación, ¿qué destacaría de ella?

Cada alumno viene con una realidad y un porqué. Cuando los ves con la ilusión y el cariño que se acercan, con ganas de seguir descubriendo… Un alumno mayor me decía “qué pena haber perdido tantos años de mi vida”, a lo que tenía que darle yo una respuesta de esperanza: “no has perdido ninguno, sino que el Señor te ha llamado ahora”. Es una satisfacción ver que muchos de estos alumnos después continúan trabajando en la parroquia, y se nota quién ha participado en la Escuela, a la hora de dar una charla o de plantear una reunión, incluso su misma espiritualidad cambia por completo en muchos de ellos. Destacar un momento concreto sería muy injusto porque dejaría al margen muchos otros, sobre todo esos momentos de silencio que sólo los profesores, los alumnos y Dios los conocen.

¿Cómo recibió el nombramiento?

En primer lugar, le dije a Gabriel Leal, coordinador de los Centros Teológicos de la Diócesis, que no quería. En segundo lugar, mi intención es asumirlo e intentar, con el equipo que me acompaña, hacerlo lo mejor posible: preparando el material, haciendo matrículas, acogiendo a los alumnos e intentando equivocarme lo menos posible. Y hacerlo con mucho cariño, sabiendo que, a pesar del mucho trabajo que tiene mi parroquia, merece la pena prestar este servicio para los creyentes de todas las parroquias de la zona. Es un servicio muy bonito. Además, también me siento muy satisfecho de que los que están al frente de esta área de la Diócesis confén en uno.

¿Cuándo tienen lugar las clases?

Los viernes, de 18.15 a 21.00 horas, en las dependencias de la parroquia de San Manuel, en Mijas-Costa, que tienen espacio muy digno para poder desarrollar las clases.

Un deseo del director de la Escuela para este nuevo curso.

¡Qué voy a desear! Que el Espíritu ilumine a los profesores, que fortalezca y abra camino a la formación, que tanta falta nos hace a todos los creyentes. Que los alumnos no se sientan defraudados y encuentren el clima que ellos esperan. Como director, deseo contar con la colaboración sincera de los profesores, de mis compañeros sacerdotes de la zona, de los fieles que entren a formar parte y de ese equipo que hemos formado para llevar adelante la Escuela. Estoy convendido que todo eso se va a llevar a cabo y bien, hay que confiar en Dios y hay que tener esperanza.

Además del profesorado, ¿quién forma el equipo que se encarga de organizar la Escuela de Fuengirola-Torremolinos?

Gabriel Leal está al frente de todos, como coordinador de todos los centros formativos diocesanos. Al frente de la dirección local me encuentro yo, acompañado de un grupo de seglares de varias parroquias que se encargan de la organización y de ser los monitores de los diversos grupos. Con ellos me reúno en estos días para cambiar impresiones y ver cómo lo hacemos aún mejor.