Jesús les regala el Espíritu Santo, y el poder de perdonar pecados en su nombre. La misericordia de Dios es tan grande que, incluso por medio de los apóstoles, seguirá regalando su perdón a todas las gentes. Se trata del primer fruto de la Pascua; es el Espíritu Santo que da vida a la Iglesia y que la lanza a predicar sin miedos la Buena Noticia de Jesús, hasta los confines de la tierra.

CRISTO VIVE

Y todo envuelto en el gozo de saber que Cristo vive, y que da fuerzas para desatar nuestros miedos.
Hoy queda muy claro que la misión de la Iglesia no es por cuenta propia, sino por encargo de Jesús, que fue enviado a su vez por el Padre. En esa misión puede que haya dudas, como las de Tomás. Pero ante esas dudas, cuenta más la confianza en Dios que no se equivoca, y que quiere siempre el bien para nosotros. En esta Pascua, renovemos nuestra apuesta por responder al amor de Dios. él lo ha dado todo por nosotros; seamos testimonio de entrega, a ejemplo suyo, en la caridad fraterna.

Feliz domingo y feliz Pascua.