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Fiesta de la Virgen del Carmen (Catedral-Málaga)

Publicado: 20/07/2014: 21157

Homilía de Mons. Catalá en la Eucaristía en honor a la Virgen del Carmen de El Perchel, en la Catedral de Málaga.

FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN
(Catedral-Málaga, 20 julio 2014)

Lecturas: Sb 12, 13.16-19; Sal 85, 5-6.9-10.15-16; Rm 8, 26-27; Mt 13, 24-43.
(Domingo Ordinario XVI-A)

1. Celebramos hoy la hermosa fiesta de la Virgen del Carmen. En estos días miles de fieles de toda la costa diocesana pasean las imágenes de la Virgen del Carmen por sus calles, puertos y varaderos. La aclaman como madre, señora y protectora.

Esta mañana habéis salido desde la parroquia del Carmen, en el barrio malagueño del Perchel, rezando el Rosario de la Aurora y acompañando esta hermosa imagen de la Virgen hasta la Catedral.

La habéis acompañado a lo largo de unos kilómetros en un pequeño tiempo de nuestra vida; pero Ella os acompaña durante todo el trayecto de la vida, hasta el final de la misma. Después la acompañaréis hasta el puerto; y ella os acompañará hasta el “Puerto final”, es decir, hasta Jesucristo, para quedar a buen recaudo, para llegar al buen final de vuestra vida.

Lo que hace la Virgen del Carmen es como hacen las buenas madres respecto a sus hijos. De los hijos reciben una sonrisa, una petición; pero ellas dan todo a sus hijos: los acarician, los arropan, los nutren, los visten. Nosotros ofrecemos a la Virgen el rezo de un “Avemaría” o el canto de una “Salve”; la Virgen del Carmen se alegra de recibir de nosotros, sus hijos, esos gestos de cariño y de afecto hacia Ella, que cuida de todos nosotros.

Ahora celebramos esta Eucaristía, banquete del cuerpo y sangre del Señor, que nos alimenta en nuestro camino hacia la patria del cielo. La Virgen del Carmen nos acompaña en esta travesía y nos indica el puerto seguro de salvación, que es Jesucristo.

2. Los seres humanos somos criaturas y hemos de saber aceptar la soberanía de Dios, que es infinito y omnipotente. Como nos ha recordado el libro de la Sabiduría, Dios es dueño y señor, que gobierna con gran misericordia: «Tú, dueño del poder, juzgas con moderación y nos gobiernas con mucha indulgencia, porque haces uso de tu poder cuando quieres» (Sb 12, 18).

Los hombres poderosos suelen dominar a los demás con prepotencia. Ante los jefes de este mundo se expresa el miedo, el servilismo, la adulación, el sometimiento; porque si no se está de acuerdo con ellos, se puede sufrir la marginación y la persecución.

Esta actitud despótica no corresponde a la imagen de Dios, que no puede ser imaginado como los poderosos de este mundo, porque ello distorsiona la bondad y la paternidad de Dios.

La Virgen del Carmen, mujer sencilla y humilde, aceptó la voluntad de Dios y nos ayuda a recuperar la verdadera imagen del amor y de la misericordia divina, como nos ha dicho el Salmo: «Tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal» (Sal 85, 15).

3. En esta celebración hay representantes de la marina y algunos marineros que lo son o lo han sido. A ningún hombre de mar, pescador o marinero, se le ocurriría pensar que es “dueño y señor del mar”; más bien tiene conciencia de ser alguien que disfruta de las riquezas del mar, que son un don de Dios para toda la humanidad.

Solo Dios cuida de toda la creación, que el hombre se empeña a veces de destruir por culpa de su codicia y de su egoísmo.

Solo Dios es justo y compasivo, como dice el libro de la Sabiduría: «Porque tu fuerza es el principio de la justicia y tu señorío sobre todo te hace ser indulgente con todos» (Sb 12, 16).

Aunque el ser humano cruza los mares y surca los cielos no es el dueño de los mismos, sino que es un simple usuario, que debe respetar lo que encuentra a su paso; y debe respetar la naturaleza, para que otros, con él y detrás de él, puedan también gozarla.

La Virgen del Carmen nos enseña a ser respetuosos con la creación, con el mar y con las personas de cualquier estado y condición (no nacidas, mayores, envejecidas, enfermas).

María, además,como dice la etimología de su nombre, es un “jardín hermoso”; un jardín bien cultivado, donde habita Dios. Como dicen los textos bíblicos, la esposa se engalana para su esposo (cf. Is 61, 10; Ct 4, 11-12). La Virgen se engalanó para su Esposo. Lo que se aplica a la Virgen y a la Iglesia, se puede aplicar a cada alma fiel. Nosotros, pues, debemos ser como la esposa que se engalana para su esposo. Debemos ser un jardín hermosísimo, un ambiente de paz, de oración y de acogida de la presencia de Dios.

4. La Virgen del Carmen es venerada en todas las poblaciones costeras de nuestra Diócesis, celebrándose en su honor manifestaciones de devoción filial con procesiones y traslados en barca, como se hará esta tarde en el Puerto de Málaga.

La Virgen del Carmen es Patrona de los marineros, cuya vida resulta muchas veces dura y lejana de su entorno familiar, viviendo la soledad y el aislamiento.

En esta fiesta de la Virgen, agradecemos a las personas que colaboran en el Apostolado del mar. Cada año miles de marinos son acogidos en los puertos y son recibidos con afabilidad muchos centros, donde pueden reposar de sus fatigas de viaje y ponerse en contacto con sus familias.

Los voluntarios visitan a diario a los marinos a bordo de barcos y en los hospitales; y se acercan con fraternidad a quienes han sido abandonados en puertos extranjeros, garantizándoles una palabra de consuelo y ayuda personal.

En esta Jornada del Mar expresamos nuestro agradecimiento a todos los que trabajan en el mar, a todos los marinos, a la industria marítima, a los marineros y pescadores. Y pedimos a Virgen del Carmen, Estrella del Mar, que guie, ilumine y proteja a toda la gente de mar y a quienes colaboran en el Apostolado del Mar. Tengamos una oración y un recuerdo especial por las familias de los marineros y pescadores, que se encuentran lejos de sus hogares, o que perdieron a algún ser querido.

5. María es la Estrella del mar, a quien invocamos para seguir navegando sin miedo y llegar a puerto seguro, porque ella navega con nosotros y nos acompaña. Del mismo modo que los astros siempre han guiado a los marineros en sus travesías, la Virgen, en su advocación del Carmen, es la estrella que nos guía a todos, ya que nos lleva a Jesús, como la estrella, que condujo a los Magos a la gruta de Belén. Encontrar a Jesús en nuestra vida es la vocación de todo ser humano; y no solo de los cristianos o de los creyentes en otras religiones. Estamos llamados al encuentro con Cristo, a ser discípulos suyos y testigos de su Luz en el mundo.

La Virgen del Carmen, Estrella del mar, nos guía hacia Cristo. El mar está lleno de peligros, con sus mareas, remolinos, tormentas, que pueden hacer zozobrar o incluso naufragar la nave de nuestra vida. Nosotros confiamos en la Virgen del Carmen y en su intercesión, como navegantes entre tantas dificultades.

6. Pidamos a la Virgen del Carmen que nos ayude en todas las situaciones de nuestra vida; que ayude a los marineros y pescadores en su difícil tarea; y que nos proteja en todos los peligros de nuestro viaje por este mundo.

Pedimos a la Virgen del Carmen por todos los fieles, para que aumente nuestra devoción filial hacia Ella; y para que sepamos amarla como Madre y Protectora.

¡Que Ella nos ayude a encontrar a Cristo, Salvador del mundo, y a entrar en su Iglesia, que es nave de salvación! ¡Que Ella interceda por todos nosotros al Señor!

Amén.

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