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Oro, incienso y mirra

Publicado: 04/01/2014: 19896

Los magos, postrados, ofrecen oro, incienso y mirra. Son tres formas de expresar lo mismo. La verdad que muy útiles no les iban a ser a la Sagrada Familia aquellos dones en aquellas circunstancias.

Por tanto, hay más que el “don”. Están expresando el reconocimiento de la dignidad de aquel “nacido rey...” Ya Isaías (60, 6) habla del oro e incienso que ofrecerán los pueblos como homenaje al Dios de Israel. La inclusión de la mirra está muy en consonancia con aquella unción de Nicodemo al cadáver de Jesús (Jn 19,39). La unción es un modo de oponerse a la muerte. Y de hecho Jesús –que recibió el “don” de la mirra desde los magos-, es ungido en la muerte con esa mirra...; es el que resucita: su realeza está por encima aún de la muerte: es realeza de Dios. De ahí la adoración o postración de los magos..., y el sepulcro vacío de la madrugada del domingo: “No busquéis entre los muertos al que vive”. Todo va a lo mismo.

Autor: Padre Manuel Cantero, s.j.

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