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El mundo del trabajo necesita los valores del Evangelio

Publicado: 30/04/2006: 462

•   La justicia y la solidaridad se echan de menos en el mercado laboral

Como todos los años, con ocasión de la festividad de San José Obrero, patrón de los trabajadores, la Iglesia de Málaga se une a cuantas personas e instituciones reclaman una mayor atención hacia las situaciones de injusticia que se producen en el mundo laboral.

La aportación doctrinal, la oración y la denuncia profética son las bases sobre las que se apoya la labor de la Iglesia malagueña a este respecto.

En cuanto a la oración, se celebrará una Eucaristía, que será presidida por el Sr. Obispo, en la Iglesia del Santo Ángel (Calle Ayala), hoy domingo a las 20 horas.

En cuanto a la denuncia, tanto el Sr. Obispo como el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera han elaborado cartas y comunicados en los que denuncian la necesidad de que el mundo del trabajo se impregne de los valores del Evangelio.

El Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera celebrará este primero de mayo, festividad de San José Obrero, bajo el lema: “El trabajo humano, principio de vida”. En el comunicado elaborado con este fin, sus miembros manifiestan el deseo de “tener presentes en nuestras intenciones, en un clima de oración y comunión, la vida, el dolor y el sufrimiento del mundo obrero, pero también la fe y la esperanza que nos da saber que es Cristo quien nos impulsa y anima a trabajar en favor de los más débiles y empobrecidos, mediante el trabajo y la entrega en servicio a un mundo obrero necesitado de justicia y solidaridad”.

El Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera, órgano encargado de coordinar el trabajo pastoral de la Iglesia malagueña en el ámbito laboral, se halla en este curso en un proceso de reestructuración. Según su director, Francisco Guzmán, “queremos que el secretariado responda a los nuevos retos que la Iglesia y el Mundo Obrero nos demandan, sin dejar de ofrecer a los trabajadores el Mensaje Liberador del Padre.

El Simposium que realizamos en marzo bajo el lema ‘Trabajo, Familia y Juventud’ supuso un gran momento de encuentro y reflexión de cara a la actividad pastoral que realizamos, junto a los secretariados de Familia y Juventud”.

Con respecto al lema de este año: "El trabajo humano, principio de vida", Guzmán señala que “vemos cada día en muchos hechos que el trabajo condiciona la realidad de las personas, como individuo y como miembros de una familia y una sociedad.

El alto índice de siniestrabilidad laboral hace que haya padres y madres que se despiden de su familia para ir al trabajo cada día, sin pensar en absoluto que no volverán a verlos.

También hay trabajadores que dedican la mayor parte de su vida al trabajo. Hay mujeres que se juegan la vida en las pateras al cruzar el estrecho junto a sus bebés, para conseguir un trabajo que dignifique sus vidas. Y qué decir de aquellos jóvenes que no pueden comprarse una vivienda y formar una familia porque sus contratos de trabajo no llegan a tener una estabilidad. Contrato precario es igual a persona precaria e igual a familia precaria.

Ante esta realidad, ¿el trabajo es un principio de vida? Y como el trabajo es necesario para el desarrollo de la vida personal y comunitaria, ¿qué podemos hacer los seguidores de Jesús ante estas realidades?; ¿Cómo podemos ser verdaderos apóstoles en nuestros trabajos? Estas son las grandes preguntas a las que tratamos de responder desde el Secretariado.

Asimismo, en el comunicado, señalan que “La evangelización del mundo obrero es preocupación, responsabilidad y tarea de toda la Iglesia. Fiel a la voluntad de su Señor, ésta ha de sentirse y mostrarse unida a los trabajadores y también a la voluntad transformadora de las condiciones sociales que tan directamente afectan al mundo obrero. Es necesario cultivar y fortalecer, en todos los miembros de la comunidad eclesial –obispos, presbíteros, religio-sas, religiosos y seglares–, la convicción y el sentimiento de que es la Iglesia quien envía a evangelizar en el mundo obrero y quien, por ello, se compromete a acompañar, sostener y animar a quienes realizan ahí esta misión”.

En el comunicado se recuerda a todos los que sufren explotación y condiciones precarias en las fábricas, en los talleres, en las minas, en los campos, en el mar, en las escuelas, en los despachos y en los propios hogares.

Especialmente en el caso de los trabajadores que, como los de Cortefiel, “padecen el conflicto causado por los efectos de la deslocalización y la liberalización de los mercados internacionales”.

Autor: Revista Diócesis

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