La ceniza es símbolo que representa para los cristianos la fugacidad de la vida y el arrepentimiento de los pecados. Con la imposición de la ceniza comenzó la Cuaresma. Para la mayoría de nosotros, más o menos practicantes, la Cuaresma son unas semanas de reflexión y trabajo interior de preparación para la Pascua de Resurrección, pero, sobre todo, de silencio.

En el silencio es donde encuentro el mejor de los escenarios para diseñar en mi taller de joyería y donde mantengo mis conversaciones con Dios. Silencio y ayuno que despiertan mis sentidos y la consciencia real del aquí y ahora. La Cuaresma para mí es quizá el mejor momento para la búsqueda de la paz de espíritu interrumpida quizá por el estremecimiento que siempre me producen las procesiones de Semana Santa.