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Un encuentro de verano para familias unidas en la fe

Daniel, Cristina y Antonio en la Casa · Autor: ANA OÑATE
Publicado: 27/08/2014: 14297

Un centenar de familias procedentes de diversos puntos de España ha participado durante este mes de agosto en los dos encuentros de verano del máster de Pastoral Familiar que han tenido lugar en la Casa Diocesana. «En este encuentro se comparten muchas cosas. Llegas a hacer verdaderas amistades».

Así se expresa Cristina Marín, que se ha encargado de coordinar junto a Antonio Otal, su esposo, el segundo de los encuentros de verano.

El máster de Pastoral Familiar es una especialidad universitaria organizada por la Pontificia Universidad Lateranense y el Pontificio Instituto Juan Pablo II. Los encuentros de verano son una ocasión propicia para reflexionar en torno al sentido cristiano de la familia, como explica el sacerdote Daniel Granada, director académico del máster y uno de los profesores del encuentro.

Daniel asevera: «A las familias lo que más les gusta es compartir la experiencia de una familia viva, católica, muy animada, bastante apostólica, muy metida en el mundo…Que tiene eficacia y felicidad y que vive en una plenitud bastante grande». Impartido por un grupo de monitores, el programa de este encuentro de verano incluye formación, oración, catequesis, juegos para los niños y numerosos ratos de convivencia entre las familias.

En charlas y en clase, los asistentes han podido reflexionar sobre las dificultades más comunes del día a día. También, en torno a los retos laborales, educativos y espirituales de las familias. «Todo es como un gran repaso general a tu vida matrimonial y familiar y un volver a escuchar la llamada de Dios a que la familia sea una vocación a la santidad», resume Daniel.

Dos cursos en el verano 2014

Desde hace años, la Casa Diocesana de Espiritualidad Beato Manuel González acoge un curso estival. Pero, este verano, no se ha celebrado un único encuentro, sino dos. «Hay cuatro puntos fijos para los encuentros de verano –explica Cristina- Málaga, Segorbe (Castellón), Tuy (Pontevedra) y Tortosa (Tarragona). Éste año la sede de la localidad terraconense se ha sustituido por Málaga, debido a que a muchas familias de Madrid les gusta venir aquí», explica Cristina.

El primero de los encuentros tuvo lugar del 3 al 9 de agosto. La mayoría de las familias que participaron eran andaluzas. Sin embargo, en el segundo -del 17 al 23 de agosto- solo dos de las 15 familias asistentes provenían de la comunidad autónoma. «El resto han venido desde Madrid, Burgos, Ciudad Real, Barcelona y, como nosotros, de Zaragoza», dice Cristina. «Es gratificante ver que en otra parte de España, en otra ciudad, se está viviendo esa transmisión de la fe con la misma intensidad con la que la vives tú». La coordinadora del segundo encuentro de verano afirma que muchas familias han acudido atraídas por los comentarios de otras que ya han participado: «La mayoría venimos porque otra nos ha dicho: “tienes que ir, tienes que conocerlo”. Y en un primer momento vienes a eso».

Sínodo de la Familia

«Realmente se está demostrando que la Iglesia es una familia cristiana –insiste Daniel-. Entre los monitores, hay hijos de matrimonios que han hecho el máster. Esto es un continuo testimonio de entrega de las familias para las familias, haciendo a la familia más grande, que es la Iglesia». El director académico del máster recuerda, además, que la familia debe ocupar un lugar primordial en la evangelización. «En octubre comienza el Sínodo de la Familia, en el que se ha pedido que ésta sea protagonista y piense sobre sí misma», recuerda Granada. 

Con el cardenal Fernando Sebastián

Cristina menciona también las anécdotas que ha dejado este encuentro de verano. Algunas, muy entrañables, como la que tuvo lugar cuando el cardenal Fernando Sebastián se reunió con los matrimonios y con los niños del máster. «Fue impresionante. Los niños comenzaron la tertulia. Le preguntaron qué es un cardenal y también cómo rezaba a su edad. Él nos contó como aprendió de niño a rezar, y qué tipos de oraciones hace. También, cómo tuvo la certeza de su vocación. Los padres están totalmente agradecidos de que sus hijos hayan vivido este momento», relata Crisitina. Daniel añade:  «Como miembro del Consistorio de Cardenales, Fernando Sebastián nos introdujo en la temática del Sínodo de la Familia y nos animó mucho a que estuviéramos estos dos años muy atentos a todo lo que la Iglesia va a reflexionar».

«Esta casa lo tiene todo»

Antonio, su esposa y Daniel coinciden plenamente a la hora de definir la Casa Diocesana como un lugar «totalmente adecuado» para acoger este tipo de encuentros. «Esta casa lo tiene todo –afirma Antonio-. Es muy amplia, el espacio de oración de la capilla está muy bien... Además, lleva el nombre del Beato Manuel González, y eso la hace muy especial. La zona de las aulas está muy bien equipada para que las clases se desarrollen con normalidad. Hemos tenido todos los medios que necesitábamos: proyectores, pantallas, micrófonos…». Antonio no se olvida de los trabajadores de la Casa Diocesana, a los que quiere agradecer especialmente el trato recibido:  «De matrícula de honor. Nos ha impresionado y hecho a la gente muy feliz».

Cristina añade que la Casa Diocesana también ha resultado un espacio idóneo para los 23 niños que han acudido al segundo de los encuentros: «Han disfrutado de muchos ratos de ocio, de ir a la piscina, las tardes compartidas entre las familias. Hemos celebrado también Eucaristía…ratos de compartir, estamos muy contentos». «Animamos a las familias malagueñas a que se apunten al próximo curso de verano», concluye Antonio, satisfecho tras haber coordinado y participado en el encuentro.
 

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