NoticiaOpinión El otro camino de la cruz Publicado: 16/03/2011: 3984 En el lenguaje católico, el camino de la cruz, o “Vía crucis”, es el recorrido tras las huellas de Jesús en su pasión y muerte, desde Getsemaní al Calvario. Es una forma de oración sencilla y popular, que nos ayuda a adentrarnos en la inmensidad del amor de Jesucristo, sabedores de que nos amó hasta dar la misma vida por nosotros. Pero hay otro camino de la cruz, muy doloroso por cierto, que tortura a algunos cristianos que intentan vivir la fe con toda hondura. Es lo que los místicos denominan la noche oscura o la subida al monte Carmelo. Personas tan impresionantes como la Madre Teresa de Calcuta y Santa Teresita de Jesús lo han experimentado en sus carnes. Ésta, durante las últimas semanas de su vida en la tierra; y Madre Teresa, a lo largo de casi todos sus años. Consiste en vivir la fe a palo seco, sin fervor de ningún tipo y rodeadas de las tentaciones más desconcertantes, que las llevan a preguntarse si verdaderamente tienen fe. Desprovistas de todo fervor, y de los de sentimientos nobles que llamamos los frutos del Espíritu, estas personas viven la fe en estado puro. Lo suyo es el abandono en las manos de Dios, sin otro consuelo que el puro deseo de amarle y de servirle. Esta situación afecta a personas de gran hondura creyente y de una delicadeza exquisita en el seguimiento de Jesús. Cuando se sienten escuchadas y bien orientadas, siguen adelante con la cruz de su sequedad interior y el desasosiego de su noche oscura. La suya es la espiritualidad del abandono total y de la entrega renovada cada día; la fe vivida en pura fe, sin más apoyo que la convicción intelectual de que Dios sí existe y es nuestro querido Padre. Si encuentran a alguien que las escucha y orienta, hasta logran vivir su aridez con alegría y con paz. Autor: diocesismalaga.es