Fue en el año 1973 cuando las primeras javerianas llegaron a Málaga viendo «la pésima situación laboral y humana que padecían los trabajadores de la hostelería en la Costa del Sol». Se vio la urgencia de dar respuesta a este sector de manera estable, conforme al carisma de la institución, por lo que se enviaron ocho javerianas para trabajar en hoteles, en los departamentos más deprimidos. Como los apóstoles, las javerianas se colocaron de dos en dos en los hoteles, en los departamentos de camareras de limpieza, trabajando con las mujeres. «siempre procuramos estar desde una postura de servicio, compartiendo tristezas y angustias, gozos y esperanzas. Tratando de inculcar valores evangélicos de solidaridad, amistad, generosidad, perdón» – destacan las hermanas de la comunidad de Málaga.

Durante el largo período de permanencia en la diócesis, sus trabajos han sido muy diversos: han trabajado en Archidona y Antequera, en educación de adultos y clases de religión. Las cuatro religiosas que forman actualmente la comunidad, viven en un piso de la barriada de la Paz, están ya jubiladas y colaboran como voluntarias en Proyecto Hombre, Pastoral Penitenciaria, Cáritas Diocesana, Málaga Acoge y colaboran en la Pastoral Diocesana».