Esta comunidad, el pasado 28 de febrero, cumplió cuatro siglos desde su creación, ya que fue en esa fecha de 1620 cuando los frailes capuchinos tomaron posesión de las tierras para levantar el convento y la iglesia en torno a la que creció el barrio. El obispo llegó a la parroquia pasadas las cuatro de la tarde. Fue recibido por el párroco, Francisco del Pozo; el arcipreste de Cristo Rey, Ismael García; y miembros de la comunidad. Tras un momento de oración ante el Santísimo y unas palabras de bienvenida, don Jesús visitó el monasterio de las madres clarisas anexo a la parroquia.

Posteriormente, fue a visitar a personas enfermas atendidas por el equipo de pastoral de la salud y regresó a la parroquia para tener una asamblea con la comunidad. Se dirigió en primer lugar a los niños y jóvenes de los grupos de catequesis y luego a los adultos, a los que invitó a seguir "enamorados de Dios" y a fortalecer su fe y su vida en comunión mediante la formación y la entrega a los demás.

Tras confesar a varias personas, celebró la Eucaristía junto con los sacerdotes anteriormente citados y el padre Francisco Rubio, colaborador de esta parroquia. La Misa coincidió con el tercer día del triduo de cuaresma de la Cofradía del  Prendimiento, por lo que finalizó con el canto de la salve a su titular mariana, María Santísima del Gran Perdón.

Tras la celebración, el obispo subió al camarín de la Divina Pastora de las Almas, titular de la parroquia, y dejó unas hermosas palabras en el libro de adhesiones y testimonios que se recogerán durante los próximos años en el camino de preparación hacia la coronación canónica de esta antigua y venerada imagen.

Jesús Hinojosa