Celebramos este año el Domund alentando a nuestros cristianos y a la Iglesia de Málaga a vivir la misión desde una perspectiva nueva: “Sé valiente, la misión te espera”.

Este año, el Domund nos quiere llamar la atención sobre algo que estaba muy arraigado en el corazón de los primeros cristianos cuando comenzaron a evangelizar: la valentía; estaba muy arraigada en Jesús de Nazaret que hablaba abiertamente a los fariseos, sin miedos, expresando la necesidad de compartir, perdonar hasta setenta veces siete y, finalmente, en la cruz dando su propia vida por amor. Los misioneros expresan esa misma valentía dejando su familia, su tierra, sus costumbres y saliendo a otras tierras lejanas a otras gentes a proclamarles, con el testimonio de sus vidas, la Buena Noticia de Jesús. La valentía es una característica del misionero y, sin ella, no sería posible toda la actividad misionera que realiza.

El papa Francisco llama a la comunidad cristiana a vivir en estado de misión, en salida, con valentía. De lo contrario, una Iglesia cerrada en sí misma, con miedo a “salir”, es una Iglesia enferma. «La misión de la Iglesia- nos dice el papa Francisco- propone una experiencia de continuo exilio, para hacer sentir al ser humano, sediento de infinito, su condición de exiliado en camino hacia la patria final». Francisco hace una llamada especial a los jóvenes: «Qué bueno es que los jóvenes sean callejeros de la fe, felices de llevar a Cristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincón de la tierra».

Y para poder ser misioneros con valentía necesitamos de la fuera de la oración, porque la valentía que necesitan los misioneros es una energía interior, un fuego que sale del corazón y por eso, pedimos el apoyo de nuestros hermanos y hermanas contemplativos. Ya lo hacen siempre, pero este mes de octubre se lo pedimos con insistencia: recen por los misioneros para que no pierdan nunca la valentía y tengan fuerza y salud para continuar la tarea encomendada por Jesús: «Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio».

Los misioneros evangelizan con la predicación y la promoción humana y, para ello, necesitan también de nuestra colaboración económica. En Málaga somos muy generosos el día del Domund. No bajemos la guardia, porque gracias a nuestra aportación hacen verdaderos milagros.

Y pedimos también a María, primera misionera, que los ilumine y acompañe siempre en su gran tarea.