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Eucaristía con los jóvenes de la peregrinación (Santiago de Compostela)

Publicado: 07/08/2010: 1118

EUCARISTÍA CON LOS JÓVENES

DE LA PEREGRINACIÓN

 (Santiago de Compostela, 7 agosto 2010)

Lecturas: Ha 1, 12 – 2, 4; Sal 9; Mt 17, 14-20.

1. Hemos escuchado, tanto en el texto del profeta Habacuc como en el Evangelio de Mateo, una contraposición entre el creyente y el no creyente. El profeta se queja a Dios del no creyente, porque abusa de otros. El ejemplo que pone es el de la red: caza con su red, hace negocios, se come al justo y encima adora los instrumentos que le proporcionan los bienes (cf. Hab 1, 15-17).

Esto es de una gran actualidad. Hay mucha gente que para conseguir sus objetivos, para obtener beneficios y alcanzar lo que desea, utiliza unos medios y después adoran esos medios, que son sus dioses, porque les proporcionan sus bienes o lo que ellos desean. Ese es el que pone su fe y su esperanza en conseguir los bienes que quiere; por eso adora sus instrumentos.

2. Sin embargo, el justo, el creyente, el hijo de Dios, pone su fe y su confianza en Dios; no en los instrumentos y en las cosas, para obtener ganancias materiales, sino para vivir de su relación con el Señor.

El Evangelio aprieta más y dice que el Señor acusa a sus discípulos de no tener suficiente fe. Puede pasarnos también a nosotros; porque, si tuviéramos fe como un granito de mostaza, seríamos capaces de trasladar montañas (cf. Mt 17, 20). Si tuviéramos fe, seríamos capaces de grandes acciones, porque no sería obra de nuestras manos sino que sería obra del Espíritu.

3. Los textos de la Eucaristía de hoy corresponden al sábado de la XVIII semana del Tiempo Ordinario. El Señor nos pone en consideración que hemos de fiarnos de Dios, pues nuestras empresas las lleva el Señor, son suyas.

No hemos de fiarnos tanto de nuestros instrumentos. A veces pensamos que somos nosotros los que llevamos las cosas y pensamos que tenemos éxito porque hemos realizado un buen proyecto y hemos aplicado el método correcto, utilizando materiales adecuados.

Hemos hecho una buena catequesis, un buen campamento. Y pensamos que los resultados están en el método y en el instrumento que hemos puesto. No hay que poner la confianza en el instrumento; hay que poner la confianza en el Señor. Hay que usar, por supuesto, los mejores instrumentos, los mejores materiales; pero por mucho que hagamos y confiemos solo en nuestros planes, no obtendremos el resultado que el Señor quiere y espera de nosotros.

Hay que darle un voto de confianza al Señor; no confiéis tanto en vuestras propias fuerzas. Poned toda la fuerza e ilusión; poned los mejores métodos, pero al final, dejad que sea el Señor el que actúe. A él corresponde el fruto deseado. Esa es la gran invitación que nos hacen las lecturas de hoy.

4. Otro punto que deseo comentar. Cuando hemos dicho en la catequesis que a cada uno lo llama el Señor de una manera, es cierto; pero tenéis que abrir los oídos, y especialmente el corazón, para escuchar la llamada del Señor.

El Señor llama. Igual que os ha llamado a algunos al matrimonio, estoy convencido de que el Señor está llamando a otros jóvenes presentes y de nuestra diócesis, que no han venido a esta peregrinación, a la vida consagrada, a vivir en un monasterio, en contemplación y en silencio, o a ser misioneros, o sacerdotes; estoy convencido de ello.

Hace falta que abráis los oídos y el corazón. Yo espero que a más de uno de los presentes el Señor le diga: “Te quiero exclusivamente para mí. Quiero que te consagres plenamente a mi servicio”. Intentad descubrir esa voz que os está hablando. No puede entrañaros que un joven con dieciocho años haya oído la llamada del Señor, para decir “quiero entregarme a ti y amarte; entregar todo mi tiempo y mi vida”, y hacer profesión religiosa, en un convento, en un monasterio, en un noviciado o en un seminario. Eso es lo más normal del mundo, porque el Señor sigue llamando. Pero a veces da la impresión de que muchos jóvenes se han tapado los oídos y no quieren escuchar. No seáis vosotros de los que se tapen los oídos.

5. Cuando alguien me preguntó que explicara lo que significaba la palabra mnemotécnica “doc” (relativa a “documento”), os pedí que escribierais un documento para entregárselo a Santiago con el término “doc”. Al venir a la peregrinación dijimos que teníais que hacer un documento (“doc”) personal; ahora vais a escribir un libro entre todos.

¿Sabéis qué significan las siglas “AA.VV.”? Autores Varios. Pues vais a escribir un libro de Autores Varios. ¿Por qué de varios autores? Porque indica la variada riqueza que ha supuesto para vosotros la peregrinación. Cada uno se ha enriquecido en esta peregrinación y eso hay que aportarlo ahora al regreso. Las gracias que habéis recibido en estos días: la gracia del perdón, la gracia de la iluminación de la Palabra, tantas gracias y dones que el Señor os ha regalado en esta peregrinación. Eso no se queda sólo para vosotros, eso ahora hay que revertirlo, hay que devolverlo con creces cuando lleguéis a casa.

Por tanto, voy a pediros a cada uno que ponga su firma en un libro conjunto, que vamos a escribir todos en Málaga con la autoría de “Autores Varios”.

6. Los jóvenes, al regresar de Santiago de Compostela, estáis llamados a ser autores y protagonistas de la nueva evangelización. ¿Estáis dispuestos a ser protagonistas de esa nueva evangelización? Si lo hacéis seréis autores de la nueva evangelización. Somos de muy variada forma de pensar, de estilos de ser, de facultades, de posibilidades, de riquezas que el Señor nos ha dado. Vamos a escribir un gran libro de Varios Autores.

También Varios porque son muy distintos los ambientes que hay que evangelizar. Los matrimonios tienen que evangelizar a su familia y educar en la fe a sus hijos. Hay que educar también en la fe en las parroquias y comunidades, fuera de la propia familia. Tenéis que prestaros a realizar esa tarea y esa misión. Hay que evangelizar la Universidad, queridos universitarios. Pero es que hay que evangelizar también en el lugar del trabajo y vuestro mejor testimonio con los compañeros del trabajo y de la empresa, donde a veces se desprecia a Dios, porque no lo conocen, ni lo entienden. Hay que evangelizar en esos ambientes que os toca vivir.

7. Son muchos los retos de la nueva evangelización. Hay gente no creyente, agnóstica, personas beligerantemente ateas. Hay personas, sin embargo, que aceptarían la fe. Hay, pues, muchos retos con niños, adolescentes, con jóvenes, con adultos, con ancianos.

Somos “autores varios” porque hace referencia a la Iglesia en la diversidad de sus carismas. Cada uno tiene un carisma y un don del Espíritu. Cada congregación religiosa tiene su carisma. Cada movimiento, asociación, hermandad, cofradía, tiene su estilo y su carisma. Pero entre todos hemos de escribir este gran libro de la evangelización y de la fe.

También somos variados por los planteamientos y las actitudes que se van asumiendo poco a poco como compromiso. Aquí si hay unas setecientas personas; no hay nadie que esté en la misma situación, ni de compromiso con el Señor, ni de profundizar en nuestra fe, ni de amor a Dios, ni de esperanza cristiana.

8. Cada ser humano es un mundo; cada uno es irrepetible; somos personas, no somos clones. No se educa clónicamente en la fe, no se crece clónicamente; la clonación humana es una invención diabólica. El Señor ama a cada individuo y nos ha pensado en su mente divina desde toda la eternidad, antes de existir y de nacer, como nos decía Jeremías (cf. Jr 1,5).

Somos únicos e irrepetibles, somos individuos a imagen de la Trinidad. Cada uno de nosotros somos una riqueza para los demás. Con lo cual hay una variedad inmensa de planteamientos, de actitudes, de compromisos, de situaciones, y todo eso forma una gran riqueza. Entre todos hemos de escribir este gran libro de “Varios Autores” en esta nueva evangelización.

9. Finalmente, la doble “AA” de los Autores Varios implica un grande “Amor” al Señor y a su Iglesia; de otro modo no se puede escribir el libro.  Como no tengáis un amor grande al Señor y a su Iglesia no podréis ser protagonistas de este libro. La doble “AA” indica también una actitud de “A”doración al señor y de “A”labanza. Quien no tenga estas actitudes hacia la Trascendencia de amor, de adoración y de alabanza a Dios, no puede firmar el libro.

Y las “VV” de Varios es porque estáis llamados a proteger y a cuidar la “V”ida humana. Quien no sea partidario de cuidar la vida humana tampoco puede firmar este libro. La vida humana desde el momento de existir hasta el momento de la muerte natural, no forzada.

La otra “V” de Varios, además de la vida, lo tenéis que hacer con toda vuestra “V”oluntad. Vuestra voluntad ha de asemejarse a la voluntad de Dios.

La Virgen María no hizo su voluntad, Jesucristo no hizo su voluntad. Jesucristo siempre pedía la Padre que se hiciera su voluntad (cf. Mt 26, 42). También la Virgen aceptó la voluntad de Dios: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38). Ella no dijo que era la señora, sino la sierva y la esclava.

10. ¿Estáis dispuestos a escribir este libro con estas condiciones? Pues adelante. A la vuelta a casa, después de esta Peregrinación a Santiago de Compostela, cada uno tiene que comprometerse a escribir su tarea. El reglón que uno no escriba no quedará escrito jamás. No penséis que otro va a escribir la página que te toca a ti. Cada uno de vosotros tiene que escribir su página. Tú tienes que evangelizar en “tu” ambiente, con “tu” estilo, con “tu” pluma.

¡Espero que no quede ninguna página en blanco! Los sacerdotes, conmigo, también tenemos que escribir cada uno su página. ¡Que no quede ninguna página en blanco! Por tanto, el libro estará completo cuando todos hayamos escrito como “Autores Varios” de la misma tarea esta nueva evangelización.

Se lo pedimos a Santiago, que fue valiente testigo del Señor. Se lo pedimos a la Virgen María, que supo escribir su página con letras de oro. ¡Viva Santiago, el Apóstol! (Respuesta: ¡Viva!) ¡Viva la Iglesia de Jesucristo! (Respuesta: ¡Viva!) ¡Vivan los jóvenes cristianos! ¡Vivan los jóvenes de nuestra Diócesis! Amén.

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