El 11 de febrero de 1990, Mandela fue liberado de la cárcel. Cuatro años después, el 27 de abril, fue elegido como primer presidente de la sudáfrica democrática. Después de 27 años de cautiverio en las cárceles del régimen. Según el presidente Jacob Zuma, la decisión del gobierno es «un homenaje a un hombre que se ha convertido en el símbolo de la lucha de Sudáfrica por la libertad, los derechos humanos y la democracia». 

El rostro de Mandela estará en los billetes de todas las denominaciones y reemplazará a las imágenes del león, el búfalo, el rinoceronte, el elefante y el leopardo, animales identificados en 1992 como símbolos nacionales.

Nada importa que tu rostro esté o no en los billetes, lo que realmente importa es que, como Mandela, estés comprometido por empujar a este mundo nuestro hacia la verdadera libertad, los derechos humanos, la reconciliación y la dignidad de todos sin distinción de raza o cultura.

Esto es también lo que hizo Jesús de Nazaret y nos dejó el legado, el compromiso y la misión de llevar a este mundo nuestro hacia los valores imperecederos del “reinado de Dios”, o sea, de un mundo de hermanos de igualdad, de reconciliación y de paz.

Ojalá que un día, cuando cumplamos nuestro cometido aquí en la tierra, se dijera de nosotros: fue una persona buena, luchó incansablemente por la verdad, la justicia y la paz.