NoticiaJornada Mundial de Juventud

Y sigue la fiesta

Publicado: 05/09/2011: 817

Quiero expresar lo vivido en Madrid en estos días  junto al grupo de 30 jóvenes de Mijas y Las Lagunas que hemos asistido a esta Jornada Mundial de la Juventud. Han sido días de auténtico gozo y alegría, donde hemos compartido con otros jóvenes de todo el mundo encuentros, experiencias, oraciones, celebraciones…  No importaba del lugar de donde se venía, se respiraba en el ambiente un signo de unidad, de fraternidad… Nos une lo mismo: la fe en Cristo Resucitado y en la Iglesia. La ciudad de Madrid ha sido testigo de esta sana alegría de los jóvenes.

Según informe del Jefe de Policía de Madrid, se ha felicitado a la organización por no haber tenido que intervenir la policía en ninguna pelea o conflicto entre los peregrinos. Asimismo el SAMUR también certifica que no se ha registrado ningún caso de intoxicación etílica ni por drogas. Más de dos millones de jóvenes se reúnen durante varios días y demuestran que se puede vivir intensamente sin necesidad de recurrir al alcohol y las drogas.  Merece la pena destacar el clima de oración, silencio y respeto en las celebraciones: Eucaristía de inauguración de la Jornada, Vía Crucis, Vigilia y Eucaristía de despedida con el Papa… los peregrinos sabíamos a lo que veníamos: a vivir intensamente estos días.   

Por Madrid han pasado en estos días más de 2 millones de peregrinos de todo el mundo, esto ha contribuido a reactivar un poco la economía de esta ciudad que en Agosto suele estar bastante parada. Sé que hay personas a las que el mensaje del Papa y de la Iglesia les dice poco, pero los españoles somos por naturaleza acogedores. Estoy convencido que los visitantes se han sentido a gusto y se habrán quedado con ganas de volver a Madrid y a España que ha sido por unos días centro de atención como lo corroboran más de 600 millones de personas en todo el mundo que han seguido los diferentes actos.

Y sigue la fiesta… Lo vivido en estos días, esta alegría no termina con las Jornadas. No es una alegría  momentánea que luego nos deja vacíos. Volvemos a nuestros lugares de origen y esta experiencia profunda permanece en nosotros. Esta experiencia de saber que otro mundo es posible, más solidario, donde estemos más pendientes unos de otros para hacernos la vida un poco más fácil; donde el poder, el prestigio y el dinero no sean los valores que nos mueven. Es un nuevo impulso a vivir el estilo de vida de Jesús de Nazaret.

José María Maqueda Borrego

Catequista de la Parroquia San Manuel en Las Lagunas


Autor: diocesismalaga.es

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