La presencia de los franciscanos en Vélez-Málaga se remonta a 1487 con la reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos. Desde entonces los franciscanos hemos servido a nuestra Diócesis de Málaga y en los servicios propios de nuestro carisma y en los encomendados por nuestros obispos.

Actualmente formamos la fraternidad de Vélez-Málaga cuatro religiosos de la Provincia Franciscana de la Inmaculada Concepción. Nuestra labor esta centrada en el servicio pastoral a la Parroquia de San Antonio de Padua de Vélez-Málaga, con las labores propias de una parroquia, pero atendida desde nuestra fraternidad. Al mismo tiempo las ocupaciones propias en relación a nuestra iglesia conventual, bajo advocación del apóstol Santiago, aunque el convento tenga el título de Real Convento de San  Francisco (como es conocida por todos).

En primer lugar desde nuestro convento acompañamos cinco cofradías de Pasión que tienen su sede canónica en nuestra casa, así como a la orden Franciscana Seglar. Además de esta tarea principal somos capellanes de los dos monasterios de clausura de nuestra ciudad (Clarisas y Carmelitas) y como asistentes espirituales de la Orden Franciscana Seglar de Málaga.

También hay una importante labor de evangelización a través de la redes sociales y de los medios de comunicación local. Todo esto acompañado de todos los servicios que podemos prestar a las demás parroquias, cofradías y grupos de nuestra ciudad.

Pero sobre todo el convento tiene una vocación de apertura a la ciudad. Son muchos grupos, eclesiales y no, que se reúnen en nuestras instalaciones, además del uso cultural de nuestras salas y claustro para distintas actividades.

Son dos historias que van unidas: sin el pueblo de Vélez-Málaga no se entienden los franciscanos, ni los franciscanos sin el pueblo de esta querida ciudad.