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Monte María Cristina, un hogar lleno de vida

Publicado: 09/05/2014: 22563

Al entrar en el hogar de las religiosas del Monte María Cristina de Melilla se percibe un torbellino de vitalidad, de solidaridad y de entendimiento. En esta casa se encuentra el Centro Sociocultural María Inmaculada, donde cada día decenas de mujeres musulmanas reciben clases de alfabetización. También alberga un comedor escolar y una guardería.

«Nunca se nos vacía la despensa donde tenemos alimentos para compartir con las personas»

Aunque son religiosas de María Inmaculada, en Melilla son popularmente conocidas como las religiosas del Monte María Cristina. Porque así se llama el barrio donde se encuentra su hogar desde hace 37 años. Se trata de un distrito musulmán situado en el distrito cuarto de la ciudad autónoma donde predominan el paro y la falta de recursos económicos.

Cada tarde, 215 mujeres acuden al hogar de las monjas para participar en los talleres de alfabetización. Es tal el interés que despiertan estas clases que no sólo participan chicas del barrio. Afanosas por aprender y formarse, asisten mujeres desde los arrabales. Incluso, del otro lado de la frontera.

Las religiosas no solo les enseñan el idioma. También han promovido para ellas un taller de corte y confección y gestionan, desde la parroquia del Sagrado Corazón, un centro social para ayudar a jóvenes desempleadas a encontrar trabajo en el servicio doméstico.

Pero las hermanas del Monte no solo atienden a madres de familia que lo necesitan. También organizan talleres educativos para niños, disponen de una guardería con 33 plazas y de un comedor escolar que cada día alimenta a un centenar de menores gracias a un convenio con la Consejería de Educación.

"CUANDO SE COMPARTE, SE RECIBE CIENTO POR UNO"

En la casa del Monte, el milagro de los panes y los peces parece repetirse cada día. «Cuando se comparte se recibe ciento por uno», explica Mercedes Moraleda, la hermana superiora. «Nunca se nos vacía la despensa donde tenemos alimentos para compartir con las personas. Como si el milagro de los panes y los peces se repitiera cada día».

Y es que las hermanas del Monte saben estar cuando de verdad se las necesita: «Las familias musulmanas suelen hacer una comida cuando algún familiar fallece. Como hay gente muy pobre y muy humilde siempre hay alguno que pide por las casas para que se pueda hacer la cena en memoria del difunto. Si nosotros nos enteramos nos adelantamos, aportamos lo que sea, aceite o un donativo», asegura la hermana superiora.

La labor de las hermanas del Monte es reconocida por los vecinos de Melilla. Algo que emociona y estimula a estas religiosas para seguir trabajando día tras día. «Es gratificante sentir el cariño de la gente, que percibe que lo que hacemos lo hacemos sin ningún tipo de interés y que la acogida está muy presente en esta casa».

 

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