La fiesta de la Ascensión tiene tres protagonistas: El primero, el Señor; de quien celebramos el triunfo definitivo; decimos que “está sentado a la derecha de Dios Padre”. Allí recibe todo honor y gloria por haber realizado la salvación de la Humanidad, al traer al mundo el Reino de Dios, la Buena Noticia de que todos somos hermanos porque somos hijos del mismo Padre, “pues por la adhesión al Mesías Jesús sois todos hijos de Dios” (Gal. 3, 26)

Protagonistas
Los discípulos reciben el encargo de la proclamación de lo que ellos han vivido. Ahora el protagonismo de la misión recae sobre ellos. Una misión que no tiene fronteras, porque la Buena Noticia es para todos
los seres humanos. «Ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón o hembra, pues vosotros hacéis todos uno, mediante el Mesías Jesús» (Gal. 3, 28). 

Mayoría de edad
Y finalmente, nosotros, la Iglesia de Jesús. Esta fiesta señala nuestra mayoría de edad; el momento de tomar la iniciativa para asumir el compromiso de nuestro bautismo y confirmación. “Id y haced discípulos de todas la naciones…” (Mt. 28, 19). Este Jesús al que hoy celebramos, elevado en los cielos, es el mismo que nos acompaña siempre. No nos deja solos, su presencia es continua.