«Situada en la plaza de la Villa, cuna del pueblo, se eleva majestuosa la parroquia de Santa María de la Encarnación, antigua mezquita de campanario cuadrangular y de gruesos muros, asomándose al precipicio por cuyos pies corre juguetón y cantarino el río Turón», explica José María Gómez Teruel en su obra “El Castillo de El Burgo”. De estilo gótico mudéjar, el templo sufrió diferentes reformas en los siglos XVII y XVIII. Tuvo que ser clausurado en 1980 y fue entonces cuando, según afirma el sacerdote Rafael Gómez Marín, se da en el pueblo todo un proceso de solidaridad promovido por Carmen Canto Florido y Juan Martín Oliva. En 1992, siendo D. Fernando Sebastián administrador apostólico, bendijo el templo parroquial que llevaba años cerrado. Su párroco actual, Jesús David Hurtado Giráldez, explica que «al encontrarse en la parte alta de la Villa, este templo se ha quedado reservado para las grandes celebraciones, la Eucaristía del domingo, las bodas, los bautizos, etc. El motivo principal es que nuestros vecinos de mayor edad se han ido a vivir con sus hijos a la parte baja y más reciente del pueblo, por lo que la iglesia que permanece abierta diariamente es la de San Agustín, que se encuentra en la zona más nueva, conocida popularmente en el pueblo como “la iglesia de abajo” y que fue consagrada por el obispo D. AÌ