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Málaga canta la Navidad

Publicado: 00/12/2000: 1046

 Málaga canta la Navidad

Año 2000

            En los albores de un nuevo milenio, la Iglesia de Málaga reunida en la Catedral, canta con gozo la Navidad del año 2000. Esta noche todos hemos sido pregoneros de la alegre Noticia de que Dios nos ama y

“de que, en su infinito amor, nos ha dado a su Hijo Unigénito, hecho carne por obra del Espíritu Santo, en el seno purísimo de la Virgen María y nacido en Belén hace 2000 años”.

            Y lo hemos hecho desde la poesía, la música y el canto, porque el arte es ese lenguaje hondo que apunta al corazón de las personas para despertar en ellas sus sentimientos más profundos y entrañables.

            Hemos venido a proclamar una Buena Nueva, una Gran Noticia. Vieja ya y cargada de 2000 años es siempre nueva para quien la escucha con fe. Y capaz de renovar desde lo más profundo la vida de una persona. Como ocurrió con los Pastores y con los Magos, con Teresa de Jesús y Francisco de Asís, con la Beata Madre Petra y D. Manuel González. Como puede ocurrir con cualquiera de nosotros en este Año Jubilar si somos capaces de acogerla y de permitir que nos purifique con su fuego.

            Como pregoneros de Dios tenemos que proclamar al mundo “una gran alegría que lo será para todo el pueblo: en la Ciudad de David nos nace un Salvador que es el Cristo” (Lc 2, 10-11).

            Y tenemos que convocar a todos a la gran fiesta del Amor de Dios Padre que, en el Niño de Belén, se ha hecho para siempre presente en nuestra historia humana y es nuestro compañero de viaje. Hace 25 siglos, un profeta soñaba en este día y decía a un grupo de desterrados:

“¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del Mensajero que anuncia la Paz, que trae buenas noticias, que anuncia Salvación, que dice a Sión: `Ya reina tu Dios´” (Is 52, 7).

            Quiero terminar esta Celebración Jubilar con unas palabras sencillas: igual que el apóstol Pablo, también yo os deseo la Gracia y la Paz de parte de Dios, Padre de las misericordias; de parte de Jesucristo, el Señor, y del Espíritu que da vida.

            Navidad es una invitación a descubrir la misericordia de Dios para con los hombres y el sentido más hondo de nuestra vida. Con ese Niño que nace en la pobreza se inaugura la etapa final de nuestra aventura. Los cristianos celebramos su venida como la Gran Noticia para todos los hombres. Y la celebramos con toda la alegría de saber que Dios nos ama, pero con toda la austeridad que impone el sufrimiento del hermano.

            En esta noche os invito con las mismas palabras de los Pastores: “Vamos a Belén, a ver eso que ha pasado y que nos ha anunciado el Señor”.

            “Vamoses un grito de aliento y de estímulo para no dejarnos vencer por la comodidad o la desesperanza.

            Vamos a Belén”, allí por donde no pasan las grandes autopistas, de donde nadie espera nada, pero que es el lugar de la esperanza.

            A ver qué ha pasado allí: que Dios ha entrado en el mundo del hombre… y el hombre ha entrado en el mundo de Dios.

            Si “vemos” (si experimentamos) lo que ha pasado allí, volveremos de la Navidad “llenos de alegría”, “glorificando y alabando a Dios”.

+ Antonio Dorado Soto,

Obispo de Málaga

Autor: Mons. Antonio Dorado Soto

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