Según algunas Agencias, la organización ETA, como en años ante­riores, ha informado a varios gobiernos europeos sobre las bombas «ve­raniegas» que colocarán dentro de pocas semanas en zonas turísticas de España. Quieren «ahuyentar» a los turistas y así perjudicar la economía del país. Más o menos lo consiguen. Tienen experiencia.

Quiero recordarles que, con sus bombas, muchos andaluces en varias provincias del Sur quedarán sin trabajo, o se verá reducido el con­trato temporal que esperan.

Esto significa que los siete u ocho meses restantes del año será una época de angustia para muchas de nuestras familias que no podrán pagar sus letras, ni hacer aquellas pequeñas e imprescindibles reformas en sus hogares, ni adquirir la ropa necesaria, ni ofrecer a los niños aquellos ali­mentos imprescindibles para su desarrollo, ni...

Si no convencen mis palabras a los etarras, les invito a que «disfra­zados» (de otra manera peligraría su vida) visiten algunas barriadas de Málaga o nuestros pequeños pueblos «agonizantes» en los montes y cam­pos de la provincia; por poner un caso concreto, citaría la Guardería In­fantil de la Barriada de «La Palma» y vieran aquellas madres desnutridas que acompañan a sus pequeños para que allí, acogidos al cariño de las Hijas de la Caridad y otras personas que colaboran, puedan tomar sus vasos de leche, su pequeña porción de pescado o carne, alimentos ausen­tes en sus casas.

El cinismo de un partido vasco y algunos andaluces

Pero lo que ya raya a sarcasmo es que el candidato de un partido vasco para el Parlamento Europeo se atreva venir a Andalucía para reca­bar los votos de nuestro pueblo. ¿Es que se ha olvidado que ha sido ETA, cuyo soporte político según todos los indicios, es el citado partido, la que ha asesinado a muchos andaluces en el País Vasco? ¿Es que ignoran que ETA se prepara de nuevo a colocar sus bombas en nuestras playas y hote­les para que los turistas se retraigan y así se desplacen a otros países, negando la posibilidad de trabajo a muchos andaluces?

Pero lo más indignante es que algún que otro andaluz les haya reci­bido y acompañado en la campaña electoral por algunas de nuestras ciu­dades. Y que sean de nuestra misma región quienes peguen sus carteles de propaganda y presten sus voces para convencernos de la bondad del candidato del conocido partido político vasco.

El cinismo de unos y la inconsciencia de otros se transforma en sarcasmo para nuestros trabajadores.

Me pregunto si algún andaluz llegará a dar su voto a ese partido, cuyos militantes jamás se han manifestado en contra de los asesinatos de guardias andaluces en Euskalerría y jamás han dicho una palabra contra las bombas con que nos obsequian los etarras al iniciarse la temporada turística de la Costa del Sol.

Darles el voto es anti-andaluz y sarcástico.

Málaga, 28 de Mayo de 1987.