«Contradicciones en verano»

Publicado: 10/08/2012: 1347

•   Artículo sobre el aborto (1989)

 “Peluso” ha sido noticia de primera página. El animal, uno de los pocos ejemplares de “foca monje” que existen en Europa, había sido libe­rado del aro que oprimía su abdomen y estaba fuera de peligro.

Fueron necesarios varios técnicos, bastantes horas y muchos recur­sos para salvar la vida de “Peluso”. Después de una larga espera y una delicada operación, hubo aplausos y gritos de triunfo.

Vamos ganando en aprecio, en sensibilidad y en protección de los animales.

Pero, casi en las mismas fechas, se nos daba a conocer el número de “interrupciones voluntarias de embarazo”. Fueron unas 1.700 en Anda­lucía. Eso de las “interrupciones voluntarias de embarazo” es una mane­ra eufemística de decir “abortos provocados”. Y es que la palabra “abor­to” nos avergüenza; preferimos cambiarla por otras.

La mayoría de abortos fueron provocados en clínicas privadas; en las públicas se encuentra una gran resistencia, probablemente porque hay un gran sentido de la profesionalidad.

Aquí, pues, se da una contradicción: mientras salvamos la vida de una foca, poco hacemos para proteger los fetos humanos.

La droga

En una parroquia de Marbella, hace pocos días, una madre presen­taba a su hijo “regenerado” a los cristianos que habían participado en la misa vespertina. Y decía “Tres años atrás llegué a desear la muerte de este hijo mío. Tan grande era la angustia de verle atrapado entre las redes de la droga. Hoy os lo presento recuperado gracias a la terapia del Proyecto Hombre. Mi hijo vive de nuevo”.

La Asociación “Horizonte”, formada por un grupo de cristianos de Marbella, organizó una colecta espontánea en la plaza de la iglesia para ayudar a los jóvenes que quieren liberarse de la droga. Los marbellíes, los veraneantes y los turistas fueron extraordinariamente generosos. Alguien se privó de algunos de sus caros caprichos, para colaborar.

Pero, en los mismos días, y según pudimos leer en uno de los perió­dicos de nuestra Provincia, concretamente el del 21 de Julio, en una lujo­sa mansión de la Costa del Sol se organizaba una orgía o bacanal en la que, entre otras inmoralidades, se ofrecía o vendía a los doscientos invita­dos el carísimo “polvo blanco”.

Otra contradicción: mientras unos intentan liberarse de la droga, otros la distribuyen con toda facilidad.

Lo bello se desconoce y el vicio se proclama

Muchas parroquias, movimientos apostólicos, colegios, peñas, ayun­tamientos, sindicatos... aprovechan el verano para organizar colonias de vacaciones para niños y jóvenes. Centenares de monitores y padres cola­boran gratuitamente a favor de un empeño común: hacer que miles de niños y jóvenes pasen unos días de sana convivencia en la que los valores del cuerpo y del espíritu se desarrollen y progresen.

Nuestros periodistas lo desconocen. Ellos, bloc en mano y cámara en el hombro, se afanan por encontrar al “hombre que mordió al perro”. Lo contrario, lo normal, no es noticia. Y así llenan las páginas de periódi­cos y revistas de personas (mejor dicho, de cuerpos) y acontecimientos repelentes para cebar el “morbo” de unos lectores más acostumbrados a mirar que a reflexionar.

La respuesta

Vivimos en un mundo cargado de contradicciones en el que el “sin­sentido” parece prevalecer. Nosotros, los cristianos, hemos sido llamados y garantizados por Jesucristo a recuperar la auténtica ilusión de la vida.

Somos conscientes de que seguir a Jesús supone muchas veces na­dar contra corriente, no hacer lo que todos hacen, defender lo que los demás desprecian. Con Cristo podemos y debemos dar la vuelta a ese mundo haciendo que la justicia supere lo injusto; lo noble y bello, a lo denigrante y desfigurado; la felicidad, a la tristeza; la libertad, al liberti­naje. Y lo haremos recordando aquel magistral consejo del Apóstol: Ven­ced al mal con la fuerza del bien.

Málaga, Agosto de 1989. 

Autor: Mons. Ramón Buxarrais

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